El 8M del 2020 fue multitudinario y pacifico, luego llegó la pandemia.  Llevamos un año, con cosas buenas como la vacuna, cosas inexplicables (¿porque tiene que continuar el estado de excepción?) y una economía semi paralizada.  La violencia esta concentrada, pero el pasto está seco.  Desempleo, encierro, incertidumbre.  Lejano se ve el categórico Apruebo que marcó un camino, ha sido reemplazado por la campaña presidencial.

El Gobierno sigue llegando atrasado ante las distintas crisis, para anunciar que presentará una querella contra quien resulte responsable, o anunciar un proyecto de ley ultra especifico, como el del robo de madera, quizás intentando encajonar al Congreso aunque es obvio que en La Araucanía hay mucho mas que resolver.  O convocar una enésima conferencia de prensa presidencial donde siempre se anuncia un llamado a la Unidad Nacional para dejar hablando solo a sus invitados.

La oposición se enfrasca en múltiples disputas, algunas difíciles de entender, como cuando parte de sus parlamentarios aprueban o miran para el lado ante la moción de Estado de Sitio para la Araucanía.   El propio mundo militar ha hecho saber que no es su misión la seguridad publica, porque para eso están los ministros, las policías, los intendentes, gobernadores y el Ministerio Publico.  Si no funcionan es otra cosa. 

Marzo será escenario de más de lo mismo, y en ese clima, en menos de un mes, elegiremos a los constituyentes.  Por cierto, con el tercer 10% en discusión, con el inicio de clases, con una Moneda sobreactuada, y sin fútbol.  Es mucho. 

Sensación térmica: pasto seco propicia el peligro el fuego sin control

Si Gobierno y oposición andan en lo suyo, la sociedad anda apenas.  El desempleo (abierto o subsidiado) es elevadísimo.  La incertidumbre campea y se acumula rabia.  ¿Lo captan las autoridades? Se ha hecho un lugar común culpar la ausencia de inteligencia.  Pero ésta es acopio de información útil para la toma de decisiones.  A lo mejor se entrega información –no sabemos- pero se adoptan malas decisiones o simplemente no se toman.  

Se vienen muchas convocatorias de distinta magnitud.  Viviremos bombardeados de propaganda de distintas candidaturas, pelajes y calidades.  Los gobernantes de hoy capotean problemas y vía presentación de proyectos se los endosan a los que vengan. Todos los candidatos deben asumir que heredaran bombas de tiempo si es que ganan.  ¿No sería mejor que aquellos que son de larga y difícil solución los asumiéramos con visión nacional?  Las pensiones, la Araucanía, el sistema electoral, entre otros, no se van a solucionar en pocos meses, menos si son los últimos de la actual administración.  Por cierto, asumir que estamos entrando a un proceso constituyente.

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