NAYPYIDÓ, Myanmar (AP) — Las fuerzas armadas de Myanmar tomaron el control del país por un año, según anunció el lunes la televisora militar del país, y según medios, muchos de los políticos destacados del país, incluida Aung San Suu Kyi, habían sido detenidos.
Un presentador de la televisora militar Myawaddy TV anunció la toma del poder y citó una sección de la constitución, redactada por el Ejército y que permite a los militares tomar el control en momentos de emergencia nacional. La operación se debía en parte a la falta de acciones del gobierno tras las denuncias del ejército sobre un fraude electoral en los comicios de noviembre y a que no se habían pospuesto las elecciones debido a la crisis del coronavirus, según dijo el presentador.
El anuncio seguía a días de preocupaciones en torno a la amenaza de un golpe de Estado -y a desmentidos del Ejército sobre que fueran a realizar uno- y justo cuando iba a comenzar el nuevo curso parlamentario del país.
El partido político de Suu Kyi publicó un comunicado en una de sus páginas de Facebook, afirmando que las acciones del Ejército no estaban justificadas e iban contra la Constitución y la voluntad de los votantes. La Liga Nacional por la Democracia instó a la gente en Myanmar a oponerse al “golpe” y a cualquier regreso a una “dictadura militar”.
No era posible confirmar quién había publicado el mensaje, ya que los miembros del partido no respondían a llamadas telefónicas.
Las acciones de los militares ya estaban recibiendo una condena internacional generalizada.
El nuevo secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, emitió un comunicado expresando su “grave preocupación y alarma” por las supuestas detenciones.
“Pedimos a los líderes militares birmanos que liberen a todos los funcionarios del gobierno y líderes de la sociedad civil y respeten la voluntad del pueblo de Birmania, tal y como se expresó en elecciones democráticas”, dijo en un comunicado empleando el nombre antiguo de Myanmar. “Estados Unidos se alza con el pueblo birmano en sus aspiraciones de democracia, libertad, paz y desarrollo”.
La oficina del secretario general de Naciones Unidas emitió un comunicado condenando los acontecimientos como “un duro golpe a las reformas democráticas”.
La detención de los políticos y los cortes del lunes en la señal de televisión y servicios de comunicaciones fueron los primeros indicios de que se había puesto en marcha una toma del poder. Se cortaron las conexiones telefónicas y de Internet con Naipyidó, la capital, y no fue posible contactar con la Liga Nacional por la Democracia, el partido de Suu Kyi. En otras zonas del país también había cortes de teléfono, aunque la gente aún podía conectarse a internet.
El Irrawaddy, un servicio noticioso en internet, reportó que Suu Kyi, consejera de Estado y que en la práctica era la jefa de gobierno, y el presidente, Win Myint, habían sido detenidos de madrugada. El servicio noticioso citó a Myo Nyunt, portavoz del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia.
En su reporte indicó que los miembros del Comité Ejecutivo Central del partido, legisladores y miembros regionales del gabinete también habían sido detenidos.
Activistas políticos que pidieron no ser identificados por motivos de seguridad elaboraron una lista de otras personas que se creía habían sido detenidos, como el cineasta Min Htin Ko Ko Gyi, el escritor Maung Thar Cho y veteranos conocidos del movimiento estudiantil de protesta de 1988 como Ko Ko Gyi y Min Ko Naing. No fue posible confirmar las detenciones en un primer momento.