La salida de Mario Desbordes del Ministerio de Defensa reactivó la apresurada “carrera presidencial”, en medio de una crisis política, de confianza, económica y social que se arrastra desde estallido del 18 de octubre de 2019 y que se ha agudizado con la pandemia del Covid, pero que los políticos no se dan por enterados y creen que todo sigue igual en lo que respecta a la repartija el poder y los cuoteos. Y es que con la renuncia de Desbordes al gabinete de Sebastián Piñera, todos los partidos políticos cayeron en una “histeria colectiva” que los ha llevado a hacer caso omiso a la voz de la calle que en cada encuesta que se hace, las cifras no representan lo que ellos buscan establecer, que es colocar el nombre que llegar a La Moneda.
Como dice el dicho “en todos lados se cuecen habas”, los partidos políticos no están muy alejados de este refrán popular, puesto que las peleas intestinas, han mostrado lo que la ciudadanía no quiere: Designar al abanderado entre cuatro paredes y sin la participación de la gente de a pié.
Sin embargo y alejado de todo lo que la ciudadanía solicita, los partidos demuestran que están aún alejados de la realidad social, debido a que están empeñados en una carrera presidencial que tiene mayor interés y dispuestos a todo para colocar a su candidato, incluso provocar el denominado “pato cojo” en el Gobierno al defender con uñas y muelas sus intereses.
Y es que los nombres son bastantes lo que cada colectividad tiene en sus carpetas como es el caso de Daniel Jadue (PC), Pamela Jiles (PH), Francisco Vidal (PPD), Heraldo Muñoz (PPD), Jorge Tarud (PPD), Carlos Maldonado (PR), Sebastián Sichel (Ind con una extraña mezcla DC/RN), Mario Desbordes (RN), Joaquín Lavín (UDI) y Evelyn Matthei (UDI) son los que más aparecen mencionados en los medios de prensa, pero también hay que añadir a otros como Francisco Chahuán (RN), Felipe Kast (Evópoli) o el ultraderechista del Partido Republicano José Antonio Kast.
A pesar que cada uno de ellos ha expresado sus deseos de llegar a La Moneda, ninguno sobrepasa el 20% de adhesión ciudadana y aquí una crítica a los medios de comunicación, debido a que resaltamos a aquellos que marcan en los distintos sondeos de opinión, pero ninguno hace hincapié en la cifra que representa y que en una elección no le sirve para llegar a tan anhelada meta.
Incluso, al interior de ciertas tiendas políticas, como es el caso de RN o el PR, están buscando la forma de designar por “aclamación” o a “dedo” a quien los represente en esta carrera, mientras que en otros se piensa en una primaria partidista o ciudadana. Sin embargo, ninguno está haciendo caso al clamor popular de que se tomen las decisiones con la gente y no entre ellos, la famosa y conocida “élite política”.