En medio de la polémica denuncia del centro de eventos Espacio Riesco, por la deuda que mantiene el Ministerio de Salud que supera los 4 millones de dólares, por el uso del recinto como hospital provisional en medio de la pandemia de covid-19, el contralor general de la República, Jorge Bermúdez señaló que la mencionada deuda no se podrá pagar mientras la secretaría de Estado no aclare el contrato declarado ilegal por su repartición.
«Nosotros ya cumplimos con nuestra labor que consistió en examinar la legalidad de los contratos de Espacio Riesco. En uno de ellos, donde había inconsistencia desde el punto de vista de los servicios por los cuales se estaba pagando, que eventualmente están duplicados, este contrato fue representado, es decir, fue declarado ilegal. Mientras eso no se aclare de parte del Servicio de Salud y la Subsecretaría de Redes, no es posible cursarlo y no es posible pagar ese contrato«, explicó al autoridad fiscalizadora.
Añadió que «al día de hoy, no ha reingresado el contrato a Contraloría, por lo tanto, no es una cosa que esté pendiente en Contraloría. Para nosotros en realidad no es un tema porque nosotros ya dijimos que ese contrato era ilegal».
Consultado por su opinión acerca de que el Gobierno se vea involucrado en un tema así, la autoridad señaló que «son tantos contratos, que al final que haya un problema en uno no es que me llame la atención. A mi me toca lidiar todos los días con este tipo de circunstancias. Son miles de actos administrativos que pasan por la Contraloría, y por lo tanto que haya algunos que tengan problemas, eso no debería ser problema. El problema está en el mal uso que se puede hacer de los recursos destinados a la pandemia, y allí la Contraloría creo que estuvo bien en ser un órgano flexible al reorientar toda su actuación hacia el control de esos recursos que se están utilizando hoy día«.
Aclaró además que «no es un contrato duplicado: son dos contratos sobre el mismo espacio, uno de arriendo y el otro de puesta en operaciones de ese espacio como una especie de hospital o centro de apoyo hospitalario, y habían algunas prestaciones que estaban ya pagadas en un contrato que luego aparecían de nuevo en el segundo contrato. En ese sentido eran prestaciones duplicadas, y eso fue lo que observó Contraloría y eso es lo que hay que aclarar«.
Sin embargo, también hizo hincapié en que la demora en la respuesta del Minsal debía verse también en el contexto que atraviesa la entidad: «En las conversaciones que he tenido con el ministro en su oportunidad -hace tiempo ya, porque fue hace rato- él quedó en que se iban a aclarar cuáles eran las prestaciones por las cuales se había pagado. Pero yo también quiero poner acá un poco de mesura: el Minsal este momento está con exceso de trabajo y en eso también hay que ponerse en el lado de ellos, por eso es que nosotros tampoco hemos estado al lado de ellos pidiéndoles insistentemente el contrato, si una cosa que ellos necesitan para poder después pagar».
Polémica deuda
Cabe recordar que Sergio Gutiérrez, gerente general de Espacio Riesco, declaró en conversación con Tele13 Radio que el Ministerio de Salud les adeuda 2.900 millones de pesos más IVA, equivalente a tres de los cinco meses que el centro recibió pacientes covid-19. «(Se firmó) un contrato por 0,2 UF por metro cuadrado en marzo y posteriormente un contrato complementario», reclamando además que desde la cartera ya no le contestan el teléfono.
Con anterioridad, en el mes de junio, la Contraloría General de la República suspendió el contrato con Espacio Riesco, ya que consideraron que existía una duplicidad en los costos.
Desde el Servicio de Salud Metropolitano Norte, ente encargado de administrar el centro de eventos mientras atendió pacientes con coronavirus, señalan que la deuda es de 2.092 millones de pesos.
«Para poder pagarles, nosotros tenemos que enviar el contrato a toma de razón a la Contraloría y, una vez tomado de razón el contrato, se procede al pago», justificó el jefe del Servicio de Salud Metropolitano Norte.
Gutierrez señaló que el pago no es solo por el arriendo de la infraestructura, sino que además se implementaron servicios especiales como cocinas y aparatos especiales de ventilación, los que renuevan el aire cada cuatro horas.
«A nosotros nos tienen con el agua al cuello, aquí se salvaron 734 vidas. Estuve yo con todo mi equipo 24/7 durante cinco meses, a cinco metros del COVID-19. La gente no se fue a sus casas durante cinco meses porque no querían llegar a contaminar a sus familias», aseveró.