Otra vez la Casa Blanca recibió un sobre con ricina un veneno seis mil veces más poderoso que el cianuro. La carta venenosa esta vez iba dirijida al Presidente Donald Trump. En 2013 se detectó una carta similar para el Presidente Obama. Ahora bien, se usa en cartas porque el poder del veneno, al inhalarse, es mucho más rápido que al ingerirse ya que cuando se inhala la ricina, los síntomas iniciales empiezan a manifestarse entre cuatro y ocho horas después de la exposición, mientras que de otra manera tarda hasta tres días en hacer efecto fatal.
«El FBI, el Servicio Secreto de Estados Unidos y el Servicio de Inspección Postal están investigando una carta sospechosa recibida en el centro de correo del gobierno», indicó la policía federal, sin informar cuando se recibió el sobre sospechoso, aunque CNN señala que fue a inicios de la semana.
«En la actualidad, no existe una amenaza a la seguridad», agregó el FBI en un intercambio con la agencia francesa AFP.
Según crónicas e medios británicos con esta toxina en 1978, fue asesinado, en Londres, el periodista búlgaro Georgi Markov por agentes soviéticos.
La ricina se obtiene de las semillas de esta planta.
Consejos de la Clinica Mayo
La ricina es un veneno que se puede hacer de los desechos del procesamiento de las semillas de ricino. Las semillas de ricino se usan para hacer aceite de ricino.
La ricina presenta la posibilidad de ser usada como un arma biológica. Puede transformarse en aerosol e inhalarse. También puede ingerirse por comida envenenada o por un suministro de agua contaminada, o inyectarse.
Los signos y síntomas de envenenamiento con ricina dependen de si la persona la inhala o la consume. La ricina inhalada causa fiebre, opresión en el pecho, tos, y problemas respiratorios graves, incluyendo formación de líquido en los pulmones (edema pulmonar). La ricina ingerida causa sangrado intestinal y daño a los órganos. El veneno puede matar dentro de los tres días siguientes a la exposición. Aun una pequeña cantidad de ricina puede ser fatal.
No hay pruebas disponibles en forma generalizada, ni pruebas confiables para confirmar la exposición a la ricina. No hay ni vacuna ni antídoto para el envenenamiento con ricina. El tratamiento es esencialmente cuidados paliativos.