La siguiente es la crónica que publica la Agencia oficial de Argentina Télam, que relata cómo se afianza la cultura mapuche y crece el sentido de Nación Mapuche que se extiende entre la Argentina y Chile y que usa como mismo emblema la bandera mapuche que se ha popularizado.

Dos lof mapuches, de la ciudad de Neuquén, desarrollan un proyecto que contempla la construcción de viviendas, espacios para el desarrollo de ceremonias ancestrales y el autosustento alimentario.

La vida comunitaria como esencia de su existencia, su cultura, conocimientos y vinculación con la energía de la tierra, ese es el desafío que dos lof mapuches que funcionan en la ciudad de Neuquén se han planteado, para desarrollar su proyecto de vida en un territorio de 50 hectáreas ubicado en la periferia de la capital.

El proyecto contempla la construcción de viviendas, espacios comunes para el desarrollo de las ceremonias ancestrales y también el autosustento alimentario.

«Nosotros queremos reivindicar el concepto de comunidad sin la categoría de urbano o rural porque esa diferenciación es muy tramposa usada por el mismo Estado», explica a Télam, Jorge Nahuel, que lidera el Lof Nehuen Mapu.


«La cuestión mapuche no es un problema rural, es un problema político”, Jorge Nahuel

«La cuestión mapuche no es un problema rural, es un problema político de un pueblo que exige soluciones políticas y de nivel territorial para la ruralidad y para la enorme población que hay urbana, pero al Estado le conviene eso de reducir a lo rural porque se desliga de la enorme mayoría de la población mapuche que vive en las ciudades», indicó.

Los Lof Nehuen Mapu (energía de la tierra) y PVJV (Puel Pilli, en fonética) cuya referente es Peti Pichiñan están integrados por familias mapuches que residen en la capital neuquina y tienen sus rucas en el barrio Islas Malvinas de la ciudad de Neuquén (Argentina)

Ambas comunidades son las que desarrollarán un proyecto comunitario en un territorio ubicado en la periferia de la capital asignadas por el fallecido intendente Martín Farizano en el período 2007-2011.

El dirigente mapuche recordó que «no se concretó la transferencia de las tierras» durante la gestión del ex intendente Horacio Quiroga (de Juntos por el Cambio y fallecido en 2019) en sus dos últimos mandatos consecutivos porque «no tuvo la voluntad política de hacerlo; no estaba de acuerdo con entregar tierras a los mapuches».

«Nosotros, entonces decidimos ocupar esas tierras y llevar adelante nuestro proyecto de vida comunitaria», afirmó.

El tema volvió a la agenda política municipal con la gestión iniciada en diciembre pasado por el intendente Mariano Gaido (del Movimiento Popular Neuquino), que visitó recientemente la «Ruca» de Nehuen Mapu, se reunió con la comunidad y asumió el compromiso de transferir las tierras «cuanto antes».

En ese encuentro, se anunció la creación dentro de la Subsecretaría de Mujeres del municipio, del área de la Mujer Mapuche.

Nahuel, que además es Werken (vocero) de la zonal XAWVNKO (Confluencia) de la Confederación Mapuche de Neuquén, explicó que «el primer objetivo que tiene el proyecto es que nos permite a las 50 familias qué pertenecemos a los dos lof recuperar la vida comunitaria y eso nos permitirá concentrarnos, capacitarnos y recuperar ese espíritu comunitario».

Neuquén 5 de agosto 2020

«Tener un territorio común propio fue siempre nuestro sueño para volver a vivir en comunidad, para desarrollar nuestra vida familiar, construir nuestra vivienda, desarrollar la vida con nuestros hijos y nietos sin estar desperdigados ni quebrados culturalmente», señaló.

Contó que «otro aspecto fundamental es volver a vivir de la tierra que es una cuestión que está absolutamente quebrada en el actual modelo urbano capitalista, individualista que imponen estos tiempos».

Pero hay una cuestión que destacó Nahuel que está vinculada «con la energía, el newen de la tierra que le da sentido a nuestra cosmovisión para volver a practicar nuestras ceremonias, a recuperar conocimientos sobre el arte mapuche y sobre la manera de producción mapuche que sólo es posible en un espacio territorial como el que estamos defendiendo».

Las comunidades desarrollarán el proyecto en tierras asignadas por el fallecido intendente Martín Farizano en el período 2007-2011.

De las 50 hectáreas cedidas, el proyecto contempla que la mitad será destinada a viviendas, hay un espacio para ceremonias, habrá construcciones de uso comunitario, un centro de salud, de educación y un 40% restante va a estar destinado a producción.

«Es una franja de tierra que tenemos que poner bajo riego y así tendremos que primero enriquecer la tierra con la plantación de forraje e inmediatamente después cuando la tierra tome fuerza comenzaremos a desarrollar un sistema agrícola que nos permita darnos sustento alimentario», dijo Nahuel, que destacó el apoyo que les brinda el INTA y un acuerdo firmado con la Universidad Nacional del Comahue a través de la Facultad de Ciencias Agrarias.

«La producción es fundamental porque hoy con la pandemia se demuestran las consecuencias de la manipulación animal y de todo el sistema alimenticio y que no solo está generando esta situación sino otras próximas que van a venir, y por eso entendemos que en la medida que no se frene este proceso de producción y de manipulación animal, el coronavirus es apenas un botón de muestra de lo que se nos viene encima», aseguró.

«El sistema educativo es totalmente ajeno a esa identidad; es una de las grandes deudas que tiene el Estado a pesar de que hace 25 años la Constitución impone que el estado debe aplicar una educación intercultural bilingüe; mandato constitucional que no se cumple», agregó.

Nahuel destacó en este marco la creación del área de la Mujer Mapuche en la Municipalidad de Neuquén al señalar que «no hay ninguna duda del papel que en esta tarea va jugar la creación del área de la mujer mapuche que ha sido siempre la principal reproductora de la cultura».

«Es la que ha logrado mantener el arte, el idioma y al estar la mujer en un estado de opresión y de represión cultural tan fuerte, avergonzada, acomplejada de su identidad, hace que la cultura misma esté amenazada».

Los mapuches avanzaron en la toma de tierras en la Patagonia: cada hectárea está valuada en USD 100 mil. Son zonas muy demandadas turísticamente en Río Negro y Neuquén y de alto valor productivo, denuncian estancieros argentinos y evidencian un problema que también se da en Chile.

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