Ya hemos escrito en diversas ocasiones que España durante varios años continuados (un quinquenio), ocupa lugar firme de podio europeo en cuanto a número de expedientes abiertos por temas de infracciones medio ambientales.
Datan desde 2006, distintas Sentencias condenatorias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, así como la apertura de unos cuantos procedimientos de Infracción, brillando todavía con luz propia, el secretismo existente respecto a la existencia de 1.513 vertederos ilegales a lo ancho y largo de España, sin que ningún responsable, incluida la Unión Europea, se atrevan desde el 08.11.2018 a pronunciarse, a pesar de los múltiples Dictámenes Motivados contra España por estas circunstancias, cuando se supone que tanto en su caso, el “tripartito” español responsable, como la U.E. deberían se garantes de la salud humana a tenor de la Directiva 2008/98 UE.
Atrás quedó otra Sentencia del TJUE de 2017, sobre otros 61 vertederos ilegales en media España, y la reiterada insistencia de los infractores de haber finalizado la ejecución cuando se encontraba aún incompleta.
¿Y qué decir del Tratamiento de Aguas Residuales en el Valle de Güimar, en Canarias, junto al saqueo del Agua en Doñana?
Terminamos la breve muestra con el Mar Menor en Murcia, con sus vertidos contaminantes provenientes de su cercano sector de Agricultura, así como el sinfín de extracciones fraudulentas de otras aguas procedentes del subsuelo.
Cuesta trabajo creer que las últimas Administraciones gobernantes en España hayan permitido en materia de Medio Ambiente, por un lado, la existencia de tanto despilfarro cometido, y por otro, seguir permitiendo la existencia de un tripartito político que soslayan entre sí responsabilidades, con el contribuyente en medio.
Por ello, cuando vemos reflejado en documentos oficiales que España recaudó durante 2018, el 1.8% de su PIB, frente al 2.4% de media del resto comunitario, comparando aunque sea odioso su situación medio ambiental con la nuestra, significaría agachar la mirada y de paso echarse a temblar sobre la excusa que nos pondrán para subir este tipo de impuesto.
Sobre todo, cuando cada vez nos encontramos más cerca de una reforma fiscal al alza y más alejados de una situación medio ambiental medianamente aceptable.
Sobre el autor:
Jesús Antonio Rodríguez Morilla, Doctor en Derecho (Cum Laude) www.modificadosobraspublicas.com