Ya a finales de la semana pasada, en medio de la crisis provocada por la dura derrota sufrida en la Cámara de Diputados por el proyecto de retiro del 10% de los fondos de AFP, el presidente de Evópoli, Hernán Larraín Matte, ya había hecho un llamado a los presidentes de Renovación Nacional y la UDI a renunciar a sus cargos «para oxigenar Chile Vamos».
No era un escenario cualquiera por el que surgió la opción. Sólo Evópoli había mantenido monolíticamente su alineamiento con La Moneda en las votaciones de la Cámara, mientras Mario Desbordes, timonel de RN, sufría un envión de críticas tanto por su fracaso en mantener la unidad de votos de sus diputados, como por su propia ambivalente postura ante el proyecto. En tanto, la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, vivía su propia tormenta interna, tras pasar a los diputados «rebeldes» al Tribunal Supremo del partido, y tres de ellos decidieran renunciar a la tienda gremialista.
El incendio se amplió con el descuelgue, estos últimos días, de tres senadores UDI (y 2 de RN) de la postura oficialista de rechazo, entregando hasta el momento el quórum con amplio margen para aprobar la propuesta en la Cámara Alta.
En ese escenario, Larraín Matte dio curso a su profecía autocumplida y dio un paso al costado como presidente de Evópoli, causando la sorpresa al interior de Chile Vamos (donde no se pensó que el político efectivamente daría un paso al costado), y dejando a La Moneda, una vez más, sin habla y con nula capacidad de reacción (al menos hasta este momento, habiendo transcurrido más de 14 horas desde
Así, afirmó a través de un comunicado difundido a última hora del domingo, que «con el fin de oxigenar a nuestra coalición, he resuelto renunciar a la presidencia de Evópoli y no participar en la reelección por un próximo período. Tengo la convicción de que estamos en un momento excepcional y que nuevas personas deben asumir los desafíos futuros. Lo coherente y responsable es partir por casa«.
En la declaración, Larraín Matte explicó su decisión, mandando un claro mensaje a sus ahora es pares de la alianza de Gobierno, al recalcar que que «es evidente que la dirigencia de Chile Vamos ha cumplido un ciclo. En este momento somos una coalición de gobierno sin coordinación, ni diálogo, ni confianzas. Esto no puede seguir así.«
No dejó de repasar el absoluto fracaso del oficialismo, el indicar también en la misiva que «con el apoyo de votos de diputados de nuestra coalición se aprobó una iniciativa que dañará severamente las pensiones de las chilenas y chilenos. Esto constituye un fracaso en las convicciones de Chile Vamos y pone en evidencia que las dirigencias de los partidos no son capaces de ordenar a nuestras propias filas en el Congreso».
Posteriormente sería el senador de Evópoli, Felipe Kast, quien reiteró la petición de renuncia para los presidentes de RN y la UDI, al declarar que «el presidente de Evópolis, Hernán Larraín, acaba de renunciar a su cargo haciendo un gesto de generosidad, en un momento de crisis de país y particularmente de Chile Vamos (…) Esperaría que los presidentes de RN y la UDI sigan su ejemplo y de esta forma podamos oxigenar y comenzar un nuevo ciclo en Chile Vamos«.
Sin embargo, al parecer, el gesto cayó en oídos sordos. Más aún considerando que los comentarios internos en la derecha apuntan a que la renuncia sería en realidad una forma de apuntalar la tambaleante posición del ministro del Interior, Gonzalo Blumel, militante también de Evópoli.
Lo concreto es que el gesto solicitado a fines de la semana pasada habría sido rechazado casi de inmediato por los timoneles de RN y la UDI, pero ante la decisión repentina de Larraín anoche, sería el propio presidente de RN, Mario Desbordes, quien saltaría a la palestra para mostrar su extrañeza por la renuncia del presidente de Evópoli, subrayando que ”en Chile Vamos, y lo sabe Hernán, por eso es rara su renuncia en este minuto, estamos los presidentes de partido empeñados en recomponer rápidamente el funcionamiento de nuestra coalición».
Precisó que «sabemos la responsabilidad que tenemos por delante; hemos estado trabajando con la senadora Van Rysselberghe, con Rodrigo Caramori de manera muy intensa y eso lo sabe Hernán (…) Es nuestra responsabilidad y no podemos eludirla. La responsabilidad de un presidente de partido, cuando se producen las crisis, no es renunciar: es enfrentar la crisis, sacar adelante el buque que tiene a cargo».
En ese sentido, aseguró que «tenemos un amplio respaldo en nuestros partidos por lo que no veo ninguna razón para que los demás presidentes de partido renunciáramos (…) espero que quien lo reemplace se ponga de inmediato a trabajar en lo que ya estábamos embarcados, que es en este Chile Vamos 2.0 y el nuevo trato con el Gobierno que también está bastante avanzado».