A través del recurso «Carta abierta» al Presidente de la República, la organización Ciudadanos por Chile, que reúne a 28 organizaciones como Víctima de violencia rural de la Araucanía (AVVRU), Corporación de Comercio Unido de Valparaíso, Movimiento Ciudadanos en Acción, Confederación Nacional del Transporte de Carga, entre otras, plantean en una propuesta de nueve puntos, que no se realice el plebiscito programado para octubre, que persiga «determinadamente la corrupción, pública y privada, en todo nivel«; que reduzca el número de parlamentarios; igualdad de condiciones y beneficios penitenciarios para los reos de Punta Peuco, entre otras peticiones.
La misiva señala lo siguiente:
«Hoy, muchos compatriotas agrupados en organizaciones civiles, religiosas y gremiales en torno a legítimos intereses sectoriales y unificados por el bien común, el interés nacional y el bien de la Patria, expresamos mediante esta misiva abierta a todos los estamentos de la sociedad nuestra máxima preocupación al ver que lo construido -con el esfuerzo de las personas de bien en Chile- se halla en inminente riesgo de ser destruido, por las imposiciones de un izquierdismo militante y extremo, sin sentido nacional y hostil a la tradición histórica del país, que impide el cumplimiento de los objetivos de su programa de gobierno, sustentado en una histórica mayoría electoral. Esta preocupación deviene en molestia y decepción al constatar que la propia debilidad gubernamental hoy es un factor que brinda las condiciones ideales para el avance de las fuerzas que pretenden acabar con el Estado de Derecho en nuestra sociedad.
Hoy presenciamos un país con mucha pobreza y lleno de justos reclamos, que además enfrenta la más dura pandemia del último tiempo y que, asolado por los intentos revolucionarios de octubre pasado, debe soportar el inadmisible corolario de una coalición de Gobierno, con partidos políticos oficialistas cuyos líderes parecen empeñados en pactar y ceder frente a los adversarios de la izquierda internacional y global. Esto en desmedro de atender los ruegos, peticiones, necesidades y justas reivindicaciones de una ciudadanía que en su mayor parte conforma la Patria de Trabajadores: agricultores, dueñas de casa, transportistas, empresarios, comerciantes, contratistas, intelectuales, obreros, profesores, empleados públicos y privados, gendarmes, jubilados y montepiados, religiosos, artistas, soldados, marinos, aviadores, carabineros y policías en retiro, pescadores, mineros, estudiantes, integrantes de las fuerzas armadas y de orden, y muchos más que buscan crecer y desarrollar nuestro hermoso País en Paz, Orden, Libertad y Respeto.
A nuestras espaldas, y de todos los ciudadanos responsables de la sociedad, se realiza una continua falta de respeto a nuestra historia de esfuerzo. Hoy se transa con la falta de autoridad y se echa al olvido el cumplimiento de la Ley. Las autoridades parecen tener sólo un rol contemplativo ante los hechos gravísimos y desintegradores de la comunidad nacional, como el Terrorismo en la zona de la Araucanía y el debilitamiento del Rol coaccionador del Estado ante la delincuencia común y la amenaza terrorista. Vemos cómo sistemáticamente se evita acabar con energía y decisión la corrupción que en estos días se enseñorea en instituciones públicas y privadas. Es común en estos tiempos, que de modo execrable se desautoriza y deslegitiman a las Fuerzas Armadas y Policiales; y, para colmo, se deforma la conciencia de la niñez y la adolescencia y se ridiculizan las verdades más trascendentales en que cree nuestro pueblo. Con ello, lamentablemente, se consolida la pérdida de todo tipo de jerarquías morales y jurídicas, dañando el tejido moral último de nuestra sociedad, de más de 200 años de existencia.
Es imperativo, Señor Presidente, que nuestra sociedad no se distraiga por una clase política malsana: el partidismo quiebra nuestra unidad nacional y pervierte las instituciones con cuoteos evidentes que dejan de lado la meritocracia y a los mejores. Esta situación desemboca en que el Gobierno por usted encabezado, no ha sabido gobernar en pos del bien común y, traicionando a su electorado, hegemoniza la participación política y suprime todo atisbo de disidencia.
Por el bien de Chile, del desarrollo de un Estado Nacional que mire hacia la prosperidad y la Paz; por la integridad de la Patria y la defensa de su soberanía interior y exterior, exigimos implementar las siguientes medidas:
1) Imponer el Estado de Derecho en todo el País, con mayor autoridad en la Araucanía, junto con perseguir la violencia, el terrorismo, la delincuencia y el narcotráfico con decisión y acciones concretas.
2) Llevar a buen término una reforma constitucional pertinente, que excluya de toda agenda e itinerario político, como nación democrática, la realización de cualquier plebiscito que apunte hacia un cambio constitucional, como el que se encuentra en ciernes, careciendo de todo sustento ético, al ser impuesto desde la violencia y la asonada callejera, en un atropello revolucionario de la izquierda extrema. La agresión interna a nuestra soberanía nacional a cargo de fuerzas extranjeras, implica no solo un inmoral despilfarro del erario nacional que se sostiene con los impuestos de nuestro trabajo y con nuestro sacrificio. Estos valiosos recursos deben ir hoy a los más vulnerados por la pandemia, la cesantía creciente y el hambre. Realizar un plebiscito en las condiciones descritas, es inmoral y atenta contra la Patria misma.
3) Perseguir determinadamente la corrupción, pública y privada, en todo nivel; además de proponer los cambios legales oportunos para hacer más contundente la sanción penal, sobre todo, en materias como la colusión, por lo demás atentatoria a las sanas reglas del libre mercado; a la vez que se persiga -sin descanso- cualquier incitación a la violencia, incluso por la dirigencia política y parlamentarios.
4) Considerar los beneficios de derecho -en igualdad de circunstancias- para los presos políticos militares de Punta Peuco y Colina, con los justos beneficios que por razón humanitaria tienen las personas de edad avanzada o que sufren alguna enfermedad.
5) Poner empeño inmediato en la calidad de la educación, tan expuesta al lucro muchas veces, y precaver los verdaderos derechos de la niñez y el derecho preferente de los padres a la educación, vigente y proyectada bajo la actual Constitución.
6) Concretar la disminución del número de parlamentarios y tecnificar las comisiones asesoras, impidiendo la intervención excesiva de los partidos políticos, así como sus órdenes y directrices al momento de votar. La soberanía reside esencialmente en la Nación que elige a sus representantes, y no en las oligarquías partidistas, que votan por intereses ajenos al Bien Común.
7) Reivindicar los valores patrios, el ejemplo de nuestros héroes nacionales, y los símbolos de la Bandera, el Escudo de Armas y el Himno Nacional, que también tienen consagración constitucional. Consideramos estas acciones como eficaces para encarar y minimizar las agendas globalistas, como una nueva forma de imperialismo foráneo.
8) Proteger la libertad de enseñanza de la agresión de que es objeto en formas de adoctrinamiento en programas de televisión, textos escolares y programas impuestos por el mismo Ministerio de Educación.
9) Respaldar expresa y decididamente a las Fuerzas Armadas y de Orden en dicho cometido, junto con manifestar un público respaldo y justificación del proceder de Carabineros y la Policía de Investigaciones.
Señor Presidente, al asumir el mando supremo de nuestro país, en la siempre delicada misión de encabezar la alta política del Estado; Usted juró por Dios guardar y hacer guardar la Constitución, y preservar nuestra soberanía interna y externa. Eso y nada menos esperamos como una fuerza sin color político, conformada por ciudadanos honestos, que aportan positivamente con la sociedad y la Nación. Por ello exigimos de Usted cumplir con tan alto compromiso ciudadano y patriótico, poniendo al Altísimo como fiel testigo», remata la carta que firman 28 organizaciones.