Hay historias que dejan huella, que consiguen erizarnos la piel, emocionarnos. La de Hermann Schreiber es una de ellas. Todo se remonta al pasado mes de marzo cuando el confinamiento apenas había comenzado, este hombre de 80 años, residente en Vigo pero de nacionalidad alemana, decidió salir al balcón, armónica en mano, para deleitar a sus vecinos -reunidos a esta misma hora para agradecer la labor de los sanitarios-, con su música. Los aplausos no se hicieron esperar, lo que Hermann, enfermo de Alzhemier, no sabía era que no eran para él, ni falta que hizo. La enfermera que ha pasado estos meses junto a él, Tamara Sayar, fue la encargada de hacerle creer lo contrario, consiguiendo que cada cada día este gesto finalizara con una gran sonrisa en el rostro de Schereiber.
Una «mentira piadosa» que logró hacerse viral, cautivando los corazones de miles de personas, y que ahora, con el objetivo de mostrar el lado más humano y positivo en tiempos de Covid-19, ha servido de inspirado para un nuevo cortometraje que precisamente tiene a Hermann como título.
Se trata de una obra de animación, sin ánimo de lucro, creada por más de 16 profesionales de la animación, la producción, creativos, músicos, periodistas y actores de doblaje durante estos dos meses de encierro en un claro homenaje a los héroes y heroínas de la pandemia: sanitarios, científicos, y todas esas personas que, de una u otra forma, han cuidado de otros durante este tiempo.
«Me dejó tocado, me fui a dormir y solo podía pensar en qué imaginaba él cuando salía a tocar, donde viajaba, qué sensación tenía. Por la mañana me levanté y escribí el guión. Y al día siguiente nos pusimos a trabajar», explica Jordi García, director de Hermann, en referencia a la historia de este anciano de Vigo.
Fuente: Harper´s Bazaar
