Con la llegada del coronavirus a nuestro país, las cuarentenas y despidos, la reinvención laboral se convirtió en la realidad de miles de chilenos. Una de ellas, Cristina Oyanedel, empresaria de buses particulares, quien tras la puesta en marcha del teletrabajo en varias de las empresas a las que hacía traslado de trabajadores, quedó operando a un tercio. Fue así como se reinventó, le sacó los asientos a uno de sus taxibuses y lo llenó de sacos de papas. Además se da tiempo para cooperar con ollas comunes de la comuna de El Bosque.
Cristina Oyanedel tiene una historia de vida que la ha hecho reconstruirse una y otra vez. Esta profesora de alemán y luego Ingeniera Comercial, cambió su rumbo profesional drásticamente hace 22 años, cuando ingresó al rubro del transporte de pasajeros. Partió con 4 buses usados; hoy la flota de Buses Oyanedel está compuesta de 35 modernos buses, taxibuses y minibuses.
En marzo, tras la llegada del coronavirus a nuestro país, y el rápido aumento de casos de COVID-19, cambió el panorama drásticamente para Cristina. “Como empresaestamos trabajando al 35% de su capacidad debido a que varias empresas están con teletrabajo, otras disminuyeron sus turnos y otras terminaron sus contratos por la pandemia”. De los 35 buses, sólo 12 están operando y de los 15 clientes, quedaron seis.
Pero quedarse de brazos cruzados no era una opción. Fue así que surgió “Papas Ya”. “Vi que mucha gente, para no salir, empezó a comprar online, entonces se me ocurrió que podía emprender en algo diferente a mi rubro. Pensé en varios negocios relacionado a alimentación. Quería que fuera algo que no tuviera muy corta vida y que estuviera presente todo el año. Testié el interés por las papas vía a través de mi twitter, hice algunas consultas sobre proveedores, partí a Puerto Montt y volví con mis dos primeros camiones llenos de papas”, recuerda Cristina.
Reparten por prácticamente toda la Región Metropolitana sacos de 25 kilos en uno de sus taxibuses, al que le sacaron los asientos y quedó listo para llenarlo cada viaje con hasta 120 sacos.
CADA DÍA UN APRENDIZAJE
Cristina cuenta que han ido aprendiendo de los errores. “El segundo día que pagaron con efectivo al repartidor durante una entrega en Renca, le robaron todo el dinero, celular, documentos, etc.” Por otro lado, aconseja anticiparse a lo inesperado, más aún si se trata de algo bueno para el negocio. “En Maipú un día teníamos diez pedidos para repartir… y en la primera parada, empezó a salir toda la gente del condominio y se llevaron todo, por lo que tuvimos que ir a buscar más sacos… ahí aprendimos que siempre tenemos que andar trayendo más cantidad para los compradores del momento”.
Para esta empresaria de transporte ha sido un desafío entretenido que la sacó de su zona de confort. “Ahora soy la telefonista, marketing, comunnity manager, en fin. Los empredimientos, surgen en momentos de crisis y hoy en día he visto mucha gente que se ha reinventado, aunque también hay mucha micro y pyme que ha quebrado.” Cristina explica que cada emprendedor debe analizar bien cómo cambiar la forma de hacer su negocio en tiempos de pandemia, donde muchos están trabajando desde sus casas, tanto independientes como dependientes. El que pueda reinventarse que lo haga, deben surgir nuevas ideas, modelos de negocio diferentes. Creo que el teletrabajo, en muchos casos vino para quedarse y los pedidos online estoy segura que van a mantenerse en varias personas que antes no lo consideraban como opción.
OLLAS COMUNES
Cristina desde siempre ha estado colaborando en comunas vulnerables. En esta ocasión se centró en ayudar en la comuna de El Bosque, tanto en Ollas Comunes con “Papas Ya”, como también a una junta de vecinos con materia prima para preparar pan diariamente a 150 vecinos con COVID-19 “Uno llega a ayudar y se da cuenta que hace falta mucha más cooperación. Ojalá que sean muchos más lo que se sumen, porque la situación en gran cantidad de casos es extremadamente precaria y complicada”.
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