El ministro Briones tiene razón, cuando señala que debemos equilibrar salud y productividad.
Debemos darle la principal relevancia a la protección de las personas, proteger la vida, pero también tenemos que proteger la capacidad productiva del país y por eso no podemos mantenerlo paralizado, porque eso traería la ruina total de todas las personas y del país en su conjunto.
Si uno se detiene a observar lo que ocurre en los países desarrollados del mundo, todos están buscando equilibrar el cuidado de la salud de sus habitantes con la puesta en marcha de la administración y producción porque no existe un Estado capaz de sostener una cuarentena total más allá de algunos meses, entonces lo que tenemos que hacer en Chile es ir de a poco reactivando todos los sectores.
Pero, ninguna medida dará resultado si nuestra ciudadanía no toma en serio las recomendaciones que da la autoridad sanitaria, por ello para poder ir haciendo un retorno a la actividad productiva gradual tenemos que tomar de forma responsable y regla de vida, el uso de elementos protectores (mascarilla) en sectores públicos, mantener el distanciamiento social, habituarnos al lavado de manos frecuente y aplicar sistemas escalonados de ingreso laboral.
Tal como lo han dicho las autoridades sanitarias, aún no llegamos al peak de contagio de la enfermedad en Chile, por lo tanto, debe haber un diseño en que lo que se va a abrir será lo estratégico y fundamental para el funcionamiento del país.
La salud y la economía pueden y deben caminar juntas, pero con la necesaria distancia y con pasos cortos, como si se tratara de un campo minado, cada paso (apertura) debe ser muy bien pensado y diseñado, porque lo que tenemos que evitar que esa mina antipersonal, que es el coronavirus, le estalle a las personas. Sí hay que volver a una nueva normalidad, pero con cautela y sin prisa.