sábado, noviembre 23, 2024

¿La economía por sobre la vida, o decisiones erráticas?

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Diversas autoridades hemos venido insistiendo en las medidas básicas que deben ser tomadas para la prevención y el control de esta enfermedad. Respecto de las políticas de Gobierno, hemos insistido desde el comienzo de la pandemia en la necesidad de equipar a los trabajadores de la salud y que estén debidamente protegidos cuando se iniciare el brote. Fuimos “majaderos” en la necesidad de un diagnóstico nacional claro que permita solventar las deficiencias de un sistema de salud pública que ya no era capaz de atender al país desde antes del estallido social. Por esa razón, en febrero dijimos que esta pandemia debía ocuparnos en hacer fuertes, urgentes e indispensables inversiones para preparar al sistema de salud.

Como segundo pilar, a través de todos los medios posibles, hemos insistido reiteradamente en el autocuidado de la comunidad. Es irreemplazable, como medida de protección, el comportamiento individual en términos de autocuidado y responsabilidad, ya sea el distanciamiento social, cubrir nariz y boca usando mascarillas y lavar frecuentemente y a conciencia las manos, además de protegerlas con guantes si fuere necesario.

Por ellos, me resulta incomprensible o errático por decir lo menos, los anuncios que ha hecho el Presidente de la República sobre el regreso de los funcionarios públicos al trabajo presencial, dado que los servicios están funcionando correctamente con turnos. Por otro lado, tampoco se entiende abrir los grandes centros comerciales, cuando fueron ellos los primeros en ser cerrados debido a la concentración de personas que estos complejos generan.
Esta medida injustificada va en sentido contrario de lo que se había venido buscando proteger, y esto es la salud de las personas, mediante la disminución del coeficiente de choque entre unos y otros.

Una cosa es asegurar el abastecimiento mediante el comercio estratégico, la protección del empleo, y ayudar trabajadores de cuenta propia que deben recibir el apoyo del Estado en pandemia, y otra cosa es reabrir los grandes centros comerciales como si fuese un período normal.

La medida muestra una incoherencia y colisión de estrategias contrarias. Mientras el Gobierno no exhiba antecedentes claros que justifiquen esta medida, todo indica que se ha cometido un nuevo gran error que podría llegar a ser mortal para algunas personas. El mensaje al Gobierno entonces es a que reconozcan el error y se continúe con el cuidado de las personas como PRIMERA NECESIDAD NACIONAL.

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