El Ministerio de los Ejércitos (Ministerio de Defensa) de Francia informó que la cantidad de marineros afectados por el coronavirus es mucho mayor de lo que se suponía. Mientras que Charles de Gaulle contó oficialmente solo 50 casos el viernes pasado, las pruebas realizadas al comienzo de la semana revelaron que 668 marineros se encuentran contaminados. Para el martes por la noche, 1,767 soldados habían sido probados en los aproximadamente 1,900 que embarcaron el GAN (1,700 para el portaaviones y 200 para los barcos que lo acompañan) y el resultado del 30% de las pruebas aún no se conocía. Hasta ahora las pruebas realizadas a principios de semana revelaron que se encuentran a bordo 668 marineros., reporta Le Figaro y la Marine Nationale.
El jefe del Estado Mayor Naval, almirante Christophe Prazuck, inició una «investigación de comando» para «aprender todas las lecciones de la gestión de la epidemia a bordo del grupo de ataque de portaaviones». Se trata de comprender cómo se infectó la tripulación y cómo la epidemia se propagó a bordo. Los primeros casos aparecieron a principios de abril en el Charles de Gaulle, que había hecho una última escala en Brest del 13 al 16 de marzo. La contaminación pudo haber ocurrido en ese momento, durante una excursión en tierra por un puñado de marineros, pero el personal no descartó otras pistas. El personal también abordó el barco durante este período. De todos modos, entonces, Charles de Gaulle ya no tenía ningún contacto con el exterior.
Traslado de la tripulación del portaaviones Charles de Gaulle por medios anfibios y su gestión en el Pôle des Ecoles de la Méditerranée (PEM). Traslado de la tripulación del portaaviones Charles de Gaulle por medios anfibios y su gestión en el Polo de las Escuelas del Mediterráneo (PEM). (C) – Ministerio de las Fuerzas Armadas / Armada francesa
Aumento rápido de casos
Una primera señal podría haber dado la alerta. La escolta del portaaviones tiene una fragata belga, el Léopold 1er, que hizo la misma escala en Brest que el Charles de Gaulle. Sin embargo, el 20 de marzo, se detectó un caso de Covid-19 a bordo y Bruselas ordenó el regreso del barco. Informado, el comando GAN continuó su misión.
Los primeros síntomas menores no alarmaron al Charles de Gaulle. En una población con buena salud física, como lo son los militares, el coronavirus se asimila fácilmente a un virus estacional. El edificio también se encuentra en el Océano Atlántico Norte. En el puente golpeado por ráfagas de viento, puede bajar a -5 ° C. Una ola de frío, tos, no es nada excepcional. Sin embargo, un primer caso sospechoso incita al servicio médico a enviar una exploración pulmonarpara experiencia en tierra. Pero el resultado resulta negativo y excluye una infección por coronavirus. Luego es necesario esperar unos días, entre el 4 y el 5 de abril, para que el número de pacientes sospechosos aumente repentinamente. Dos nuevos escáneres pulmonares se envían nuevamente a las EIS en el continente para su análisis. La Ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly, y el Jefe del Estado Mayor Naval decidieron pedirle a la GAN que se diera la vuelta. Se realizan 66 pruebas a bordo y se detectan 50 casos.
No se detectó ningún caso en los otros navíos que acompañan al portaaviones. Sin embargo, la tripulación de la fragata de defensa Chevalier Paul también debe permanecer confinada durante 14 días en Toulon. En cuanto a la fragata antisubmarina Lamotte-Picquet, que atracó en Brest, una investigación epidemiológica resultó ser negativa: la tripulación estaba autorizada a respetar el confinamiento en casa. Con respecto al edificio de comando de Somme, alrededor de sesenta marineros fueron colocados «como precaución» en estricto confinamiento en un recinto militar, mientras que otros cien pudieron llegar a su casa durante 14 días.
En el Ministerio de las Fuerzas Armadas, la situación se sigue de cerca y con una preocupación por la transparencia en la medición de los datos conocidos, prometemos. La ministra Florence Parly envió «un mensaje de apoyo a los marineros confinados y sus familias». Para ellos, el regreso a la costa es «sombrío», dicen dentro de la marina.
