El estallido social ocurrido el pasado 18 de octubre ha provocado no solo una desconfianza en la política y en las instituciones del Estado, sino que también una fuerte caída de la economía a lo que se suma que la consultora internacional Verisk Maplecroft posiciona a Chile, junto a Hong Kong, como uno de los países más riesgosos en cuanto a la gravedad de las manifestaciones ciudadanas.
Así lo menciona el estudio Political Risk Outlook 2020 (Perspectiva de Riesgo Político) hecho por los investigadores Miha Hribernik y Sam Haynes quienes determinaron que 47 países experimentaron un aumento significativo en el número de protestas durante 2019.
Entre los países más afectados fueron Hong Kong, Chile, Nigeria, Sudan, Haití y el Líbano.
El informe sostiene que “el aumento dramático de las protestas en 2019 arrasó con una cuarta parte de los países y dejó tambaleando a los gobiernos con poca preparación de todos los continentes. De acuerdo a nuestros últimos datos y pronóstico, la agitación continuará sin cesar en 2020”.
La investigación señala que el índice de disturbios civiles trimestral muestra que en el último trimestre de 2019 las protestas se intensificaron alrededor del mundo, las cuales se manifestaron en distintas partes del globo.
De esta forma, la investigación determinó que Chile y Hong Kong son los dos puntos críticos que sufren los mayores aumentos en los disturbios desde principios de 2019, afirmando que esperan que ninguno de los dos países encuentre paz durante al menos dos años.
Otros países que aparecen en el estudio son Nigeria, Líbano y Bolivia con protestas sociales, pero en la parte catalogada como de “riesgo extremo” figuran Etiopía, India, Pakistán y Zimbabwe.
Asimismo, las manifestaciones que estallaron en Chile causaron que el índice de riesgo país se desplomara abruptamente desde el lugar 117 al sexto.
En ese sentido, la investigación muestra que «nuestro pronóstico de referencia para Chile es una reducción menor en los disturbios en los próximos seis meses, mientras que el país permanecerá en la categoría de riesgo extremo hasta al menos 2022».
Y agrega que «aunque la proyección permite cierta incertidumbre, nuestra proyección significa que no esperamos que se aborden las causas subyacentes de los disturbios en Chile, a pesar de que las manifestaciones han logrado abrir un proceso de revisión constitucional».