Este sábado, Alfonso Swett, presidente de la Multigremial Nacional de Emprendedores y uno de los actores que poco y nada participaron en la búsqueda de un camino para lograr el esperado y acotado acuerdo de las élites políticas d e la madrugada del viernes, revela un dato relevante para entender la magnitud y ferocidad del un mes de prostestas por mejorar la calidad de vida, mejores pensiones y su impacto en el mundo.
Swett, revela en una carta publicada en el cada vez más atrincherdo -audiencia y lectoría cada vez más reducida- Mercurio: «Permítame narrar una conversación ocurrida la semana pasada entre emprendedores chilenos y argentinos: “Saben, señores, aquí en la Argentina podemos armar los quilombos más grandes, marchar millones en el obelisco y elegir mal a nuestros políticos, pero nunca, jamás nunca, verás a un argentino quemar la Argentina”.
Tras varias conversaciones y negociaciones, los dueños de una franquicia argentina les comunican a los chilenos su decisión final de no instalarse en nuestro país, dada la situación social que estábamtravesando y principalmente porque se habían dado cuenta de que Chile era un país inestable… tal cual: inestable.