Un numeroso grupo de policías bolivianos, integrantes del cordón de seguridad en la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede de la Presidencia del país, decidieron amotinarse y abandonaron sus posiciones a primera hora de este sábado.
“Es motín, no es acuartelamiento”, declaró uno de los uniformados mientras se replegaba, como parte de una columna, hasta las dependencias de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP).
Según los testigos del diario local El Deber, los cordones de seguridad en los accesos a la Casa Grande del Pueblo han quedado “casi desguarnecidos y a merced de las movilizaciones populares» que exigen la renuncia del presidente del país, Evo Morales.
Jóvenes que montaron vigilias durante toda la noche agradecieron a los integrantes de la institución del orden por la decisión, considerando que se suman a su lucha para recuperar la democracia.
Anoche, el ministro de Defensa de Evo Morales, Javier Zavaleta, descartó operaciones militares en las calles, mientras que el ministro de Gobierno, Carlos Romero, abogó por un diálogo para solucionar el motín policial que se extiende en todo el país.
Evo tampoco entiende
En medio de la crisis, el presidente de Bolivia, Evo Morales, llamó este sábado a los partidos políticos a un diálogo para «pacificar» el país, inmerso en una grave crisis política y social desde las elecciones nacionales realizadas en octubre.
Morales compareció ante los medios por primera vez desde que el día antes comenzaran a amotinarse unidades de la Policía, a la que exigió que cumpla con su papel constitucional.
«Convoco al diálogo a los partidos que han obtenido asambleístas en las últimas elecciones nacionales», dijo el mandatario, quien hizo el llamamiento «con una agenda abierta a debatir para pacificar Bolivia», en una «reunión inmediata» durante esta misma jornada, para «instalar una mesa de diálogo».
Las fuerzas políticas que alcanzaron esta representación fueron el gubernamental Movimiento al Socialismo de Morales, y los opositores Comunidad Ciudadana, el Partido Demócrata Cristiano y Bolivia Dice No.
Evo Morales reiteró su denuncia de que en Bolivia se está gestando un «golpe de Estado» para sacarle del poder, en el que lleva desde 2006.
«Invito a organismos internacionales, a países de cualquier parte del mundo, como también invito a las distintas iglesias (…) acompañar este diálogo y hacer seguimiento este golpe de Estado que está en marcha«, agregó el mandatario en la conferencia de este sábado.
Bolivia ha vivido jornadas de protestas a favor y en contra del presidente, huelgas y bloqueos de carreteras desde que el país celebró las elecciones presidencial el 20 de octubre.
Morales fue declarado ganador en medio de fuertes reclamos de fraude de la oposición, que exige que renuncie para convocar nuevos comicios.
Al menos tres personas han muerto durante los enfrentamientos en las protestas.