Este lunes, el Banco Central de Chile publicó el informe «Balanza de Pagos de Chile, Posición de Inversión Internacional y Deuda Externa segundo trimestre 2019», que es un balde de agua congelada para el ministro de Hacienda y para el Presidente Piñera, ya que los resultados son absolutamente negativos para las proyecciones porque el crecimiento en este segundo trimestre del año alcanza a un pobre 1,75% y la deuda externa se dispara.
Así, la actividad económica registró un crecimiento de 1,9%, acumulando una expansión del PIB de 1,75% en el primer semestre de 2019.
Durante el segundo trimestre del año 2019, la cuenta corriente registró un déficit de US$2.929 millones, equivalente a 4,1%1\ del PIB (gráfico 1); con ello, el saldo negativo acumulado en un año móvil se ubicó en 3,6% del PIB, señala el reporte del BC.
El resultado fue determinado por las utilidades devengadas de la inversión extranjera directa en Chile. Aunque en menor magnitud, la balanza comercial de bienes y servicios también registró un saldo negativo, reflejo del déficit de estos últimos; dicho efecto fue en parte compensado por el superávit de las transferencias corrientes.
El menor superávit de la balanza comercial de bienes, con respecto a igual trimestre del año anterior, se explicó por una disminución de las exportaciones mayor a la de las importaciones. En el primer caso, la caída respondió a menores envíos de cobre, mientras en el segundo, a menores internaciones de bienes intermedios y de consumo.
Por su parte, la cuenta financiera registró un déficit de U$4.008 millones, determinado por una mayor inversión extranjera en Chile, tanto directa como de cartera. En el primer caso, el resultado respondió al aumento de
pasivos del sector Empresas con el resto del mundo, por aportes de capital y reinversión de utilidades, y en el segundo, a emisiones de bonos de Gobierno en el mercado internacional y local.
En cuanto a la posición de inversión internacional (PII) neta, ésta redujo su posición deudora respecto de marzo de 2019, ubicándose en US$65.275 millones (22,7% del PIB) al cierre de junio (gráfico 2). El resultado se explicó
por el incremento de la valoración de los activos en el exterior, en particular de los Fondos de Pensiones, ante el buen rendimiento de las bolsas internacionales.
Finalmente, la deuda externa se ubicó en US$193.993 millones (67,5% del PIB), aumentando respecto de marzo por el endeudamiento registrado en la cuenta financiera y la revalorización de los bonos en los mercados internacionales de Empresas y Gobierno. En este último se sumó la revalorización de los bonos emitidos en el mercado local en poder de no residentes. Del total de deuda externa, US$60.380 millones corresponden a pagos programados para los próximos doce meses, de los cuales 35,2% es frente a empresas relacionadas.
El resultado estuvo determinado por el Gobierno y las Empresas, cuyos endeudamientos crecieron 10,5% (US$2.540 millones) y 3,3% (US$2.481 millones), respectivamente. En ambos casos, responde a la emisión de bonos de largo plazo y su revaloración en el mercado internacional; adicionalmente, en el Gobierno, también incidió la compra, por parte de inversionistas extranjeros, de bonos emitidos en el mercado local.