Este miércoles, hasta en Teatinos 120, llego la plana mayor del verdadero partido de los empresarios la CPC, capitaneada por su presidente, Alfonso Swett, y el gerente general de esta entidad, Fernando Alvear; el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín; el timonel de la CChC, Patricio Donoso; el presidente de la SNA, Ricardo Ariztía; y el titular de la ABIF, José Manuel Mena. Además, estuvo presente Kenneth Werner, segundo vicepresidente de la CNC.
Llegaron con un postura clarita: Reclamarle al jefe de la ya escualida billetera fiscal, por las reformas y para presionar para que no se apruebe el proyecto de reforma de horas de trabajo.
La versión oficial del encuentro dice que «En la reunión se analizó en profundidad la Agenda de Aceleración Económica del Gobierno, las mejores perspectivas de crecimiento para este semestre y el año 2020, y las reformas que está impulsando el Ejecutivo», señala la nota de Hacienda.
A su vez, el Ministro y los gremios abordaron la compleja situación económica internacional y sus implicancias al momento de analizar el desempeño de la economía chilena.
Campaña del terror de la CPC
El pasado 30 de julio, Alfonso Swett dijo: «Cuando se ancla un proyecto a un solo elemento, sin considerar productividad, remuneraciones, empleo y formalidad, se corren riesgos de que se produzcan daños (…) Si vemos solo esa variable (la de reducir las horas), vamos a tener efectos en el empleo, vamos a tener más efectos en la informalidad, por lo tanto a mí me parece que cuando se ancla un proyecto en un solo elemento, sin considerar otros como productividad, remuneraciones, empleo y formalidad, se corren los riesgos de que se produzca un daño”.
