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La desarticulación de una agrupación criminal dedicada a la venta ilegal y clandestina de medicamentos, que culminó con la mayor incautación de este tipo en el país —50 toneladas de productos farmacéuticos y 20 personas detenidas—, pone de manifiesto la magnitud del comercio ilícito y la grave amenaza que representa para la salud pública.

En Chile, la normativa establece que un medicamento falsificado es todo aquel que no cuenta con registro sanitario, es producido o importado por quien no tiene autorización, o ha sido distribuido o vendido en lugares y por personas no autorizadas, como ferias libres, la vía pública, redes sociales o internet.

La Directora Médica de Laboratorio Chile, doctora Daniela de la Fuente, explica que comprar medicamentos en un lugar no autorizado presenta un riesgo elevado de que estos estén adulterados o falsificados, por lo que consumirlos puede producir daños irreparables para la salud de las personas e incluso la muerte.

Estos riesgos se producen, principalmente, por la posibilidad de que tengan ingredientes tóxicos o nocivos para la salud; no contengan los principios activos o cantidad insuficiente de ellos, lo que no producirá el efecto terapéutico deseado, pudiendo agravar una enfermedad en lugar de tratarla; tengan alterada su calidad terapéutica y se vuelvan no aptos para el consumo humano debido a malas condiciones de almacenamiento, entre otros.

“En el caso de fármacos que requieren de estricta supervisión médica y control de dosis, el paciente se expone a desarrollar dependencia y el abuso puede generar un efecto contrario al buscado, como euforia o ansiedad. El consumo sin control puede llevar incluso a una sobredosis y poner en riesgo la vida”, precisa la doctora Daniela de la Fuente.

Recomendaciones

Dado que identificar un medicamento falsificado o que no esté en las condiciones sanitarias adecuadas puede ser complejo a primera vista, la recomendación más segura, a juicio de la Directora Médica de Laboratorio Chile es comprar siempre en lugares autorizados como farmacias (de cadena o independientes) y acceder a los fármacos en hospitales, clínicas, Cesfam o consultorios.

Las personas deben evitar adquirir medicamentos en sitios web desconocidos, mercados, ferias libres o la vía pública. También se recomienda verificar el precio y tener en cuenta que si el medicamento es mucho más barato que en lugares establecidos, es probable que sea falso.

Ofertas que prometen curar todos los tipos de enfermedades graves o que garantizan que no tienen ningún riesgo, deben hacer sospechar a las personas.  Importante también es comparar el producto con el recetado habitualmente, revisando si contiene componentes distintos, si no presenta el etiquetado correcto, si no figura la fecha de caducidad o ha vencido, o si el envase parece mal hecho.

La doctora De la Fuente recalca que la única forma segura de consumo es mediante la prescripción y control de un profesional de la salud, y la adquisición de los medicamentos en un lugar formalmente autorizado. Además, llama a la comunidad a atreverse a denunciar la venta ilegal de fármacos.

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