Este domingo, como parte de un referendo y consulta popular aprobados por el Consejo Electoral, los votantes ecuatorianos se pronunciarán sobre la derogación de la prohibición constitucional para el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.
En específico, implica la eliminación del artículo 5 de su Constitución, aprobada en 2008, bajo el mandato de Rafael Correa, y cuya promulgación forzó a EE.UU. a salir en 2009 de la ciudad costera de Manta, donde coordinaban acciones contra el narcotráfico.
EEUU expectante
Recuperar la autorización para instalar bases militares en el país sudamericano permitiría a EE.UU. no solo reforzar la lucha contra el narcotráfico, sino también acrecentar puntos de apoyo para contrarrestar el avance de China en la región.
Así, el eventual apoyo mayoritario del «Sí» al regreso de las bases militares sería un espaldarazo a Trump, quien busca exhibir músculo en Suramérica, en un momento de tensiones crecientes por el despliegue militar estadounidense en el Caribe y los bombardeos de cerca de una veintena de supuestas narcolanchas.
Tanto el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, como la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, han manifestado el interés de la Administración de Donald Trump por volver a operar una posición militar estratégica en el Pacífico si los ecuatorianos votan mayoritariamente por el ‘Sí’.
En una visita a Quito, Rubio aseguró que, si los «invitan a regresar», lo estudiarían, ya que «es un punto muy estratégico» para enfrentar delitos como el «narcoterrorismo» y la pesca ilegal.
Gobierno ecuatoriano espera dos bases de EEUU
En tanto el ministro del Interior ecuatoriano, John Reimberg, mostró su acuerdo con el eventual regreso de las bases estadounidenses, adelantando en una entrevista radial que una base estará en Manta, la misma en que las fuerzas armadas estadounidenses ya estuvieron entre 1999 y 2009, y otra en Salinas.
Justamente ambos emplazamientos, ubicados en la costa continental ecuatoriana, ya fueron visitados por Noem, en su segunda visita en apenas tres meses a territorio ecuatoriano.
«Queremos atacar con todas las fuerzas a los grupos criminales (…) Trabajar en conjunto en dos bases donde nuestro personal pueda intervenir en el manejo de información es lo que necesitamos», continuó el ministro.







