La propuesta de la candidata presidencial, Jeannette Jara, para la Defensa Nacional, aborda diversos aspectos vinculados a la industria de Defensa, modernización del servicio militar y la carrera profesional, despliegue en fronteras y, en particular a ampliar y modernizar las funciones y atribuciones del Estado Mayor Conjunto.
El programa de la abanderada del oficialismo en Defensa parte reconociendo, como antecedentes en los que se debe desenvolver nuestro país actualmente, la crisis del multilateralismo, el incremento de tensiones interestatales, dificultades en seguridad interior y la irrupción de nuevas tecnologías militares, todo lo cual obliga a que «Chile necesita un gobierno que fortalezca la conducción estratégico militar, potencie la base industrial de la defensa y otorgue un especial énfasis al personal de las Fuerzas Armadas«.
Lo anterior significa proponer medidas que permitan, en caso de llegar al Gobierno, «asegurar la disponibilidad de efectivos, garantizar estándares de probidad y transparencia, y modernizar la carrera militar».
Con este marco, se recalca que «la defensa nacional debe entenderse como una política pública transversal que articula la proyección del poder nacional, la protección efectiva del territorio y la seguridad del país, en estrecha vinculación con el desarrollo científico-tecnológico y la inserción internacional de Chile».
EMCO: conducción político-estratégica y despliegue conjunto
Producto del análisis anterior, el programa de la exministra propone fortalecer la conducción política y estratégica (medida 188), consolidando el EMCO como órgano de conducción estratégica de la fuerza conjunta, subrayando que «su modernización es indispensable para maximizar el poder militar de Chile, garantizando la sinergia y el potenciamiento de las Fuerzas Armadas y capacidad de proyección de la defensa en la macrozona norte y austral del país».
Lo anterior, reconociendo que el EMCO, en su forma actual «presenta limitaciones orgánicas y jurídicas que reducen su eficacia en el despliegue de la fuerza conjunta».
«Un EMCO fortalecido permitirá enfrentar riesgos convencionales y fenómenos emergentes, consolidando la presencia estatal en zonas críticas, desde el norte fronterizo hasta el sur austral-antártico«, añade.
Para lograr dicho objetivo, se plantea (medida 189) reformar «la Ley N° 20.424 a otorgar atribuciones de mando y conducción estratégica del EMCO sobre la fuerza conjunta en hipótesis como Estados de Excepción Constitucional, resguardo de fronteras y en el marco de la protección a la infraestructura crítica«.
A lo anterior se suma la propuesta de fortalecer (medida 190) «los comandos zonales del EMCO para garantizar presencia estatal en el norte fronterizo y proyección en el sur austral-antártico«, junto con la creación (medida 191) de «un sistema integrado de planificación y desarrollo de la fuerza militar bajo criterios conjuntos y de interoperabilidad«.
Reforzamiento de la industria de Defensa nacional
La carta presidencial oficialista apuesta por reforzar a la industria nacional de la Defensa, haciendo hincapié en que «empresas como FAMAE, ENAER y ASMAR deben articularse en un ecosistema de innovación tecnológica dual, útil tanto para la defensa como para el desarrollo productivo civil».
Lo anterior en un escenario que aúne esfuerzos conjuntos entre el Estado, la industria y la academia (medida 192), «que fomente innovación, competitividad y resiliencia ante la fragilidad de las cadenas de suministro».
Junto a lo anterior, anuncia que modificará (medida 193) «la ley de pertrechos que permita hacer más competitiva a la industria de defensa nacional, emparejando el tratamiento tributario de los pertrechos adquiridos en el exterior y dentro del país«.
Además, apunta a modernizar «los gobiernos corporativos de las Empresas Estratégicas de la Defensa (medida 194), asegurando eficiencia empresarial, mecanismos de control y estándares de probidad y transparencia».
Finalmente (medida 195), anuncia el establecimiento de «un Sistema Logístico Integrado de Compras Estratégicas, que planifique adquisiciones a largo plazo, diversifique proveedores y asegure transferencia tecnológica. Además, debe contemplar mecanismos que garanticen igualdad de oportunidades y estándares de transparencia que permitan la supervigilancia de los organismos que correspondan». Lo anterior, en línea con el potenciamiento de la industria nacional y la diversificación de proveedores extranjeros.
Personal, carrera militar y mecanismos de probidad
El programa de Jeannette Jara resalta que el personal «constituye la columna vertebral de la defensa», ante lo cual la necesaria modernización de la carrera militar apunta a «garantizar formación profesional, cohesión institucional y legitimidad social. Se requieren efectivos en número adecuado, capacitados, con trayectorias claras, altos estándares éticos y reconocimiento profesional».
En ese contexto (medida 196), se apunta a modernizar «la carrera militar que permita mecanismos de ingreso común entre oficiales y suboficiales«, teniendo en consideración «un desarrollo formativo con elevados estándares éticos y de derechos humanos, con protección adecuada del personal mitigando la permeabilidad del crimen organizado en las filas». A ello, se suma la propuesta de extender el tiempo de servicio del personal altamente calificado, «evitando duplicidades de tareas e ineficiencias fiscales».
Además, se prevé la modernización de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) y el servicio militar, «aumentando capacidades y fomentando la conscripción para responder a las necesidades actuales de la defensa, promoviendo su desarrollo integral «(medida 197).
«Reforzaremos los mecanismos de probidad y control institucional, consolidando una cultura de integridad y legitimidad social en las Fuerzas Armadas», se concluye en este apartado (medida 198).
FFAA y control fronterizo
El programa de la candidata oficialista considera también entre sus propuestas continuar con la política del actual Gobierno en cuanto a mantener y aumentar la presencia de las Fuerzas Armadas en las fronteras, principalmente en el norte.
Así, bajo el título de «Control fronterizo inteligente y efectivo», se señala (medida 146) que «se ejercerá la atribución presidencial que permite desplegar a las Fuerzas Armadas para la protección de las fronteras«.
Se precisa luego que, «junto con ello y para ejercer este deber estatal de manera permanente, implementaremos un Plan Estratégico de Control Fronterizo, con coordinación interinstitucional, y crearemos la Dirección de Control Fronterizo dentro de Carabineros de Chile, elevando su rango institucional, lo que permitirá fortalecer y especializar su rol. Ejercerá su labor con colaboración de las FF.AA. para apoyo logístico y tecnológico«.
En ese contexto, se añade que, «dada la extensión de nuestras fronteras, se hace indispensable invertir en tecnologías avanzadas de vigilancia que, con herramientas de análisis predictivo, que mejore la eficiencia del control desplegado en la zona».
Para dar cumplimiento a ello y bajo el título de «Barrera tecnológica de fronteras» (medida 147) que los proyectos tecnológicos Sistema Integrado de Frontera (SIFRON) y Muralla Digital se convertirán en programas permanentes «de inversión en equipamiento y tecnología para el control fronterizo. Este plan incluirá la compra de drones con cámaras térmicas y tecnología LiDAR, es decir, dispositivos de teledetección con rayos láser para medir movimientos; sensores subterráneos tipo DAS y; vehículos para patrullaje, con el objetivo de robustecer la capacidad de detección y reacción rápida de las policías y Fuerzas Armadas».







