El Arzobispo de Santiago, Cardenal Fernando Chomali, abordó en su homilía del Te Deum 2025 algunos de los principales temas valóricos que la Iglesia Católica defiende en medio de las discusiones políticas actuales, así como el escenario de cara a la elección presidencial de noviembre de este año.
Ello ante la masiva presencia de autoridades encabezadas por el Presidente de la República, Gabriel Boric, ministros, embajadores, diversas autoridades civiles y militares, y representantes del mundo político casi todos de la derecha, entre ellos los candidatos presidenciales Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser, extrañándose especialmente la presencia de representantes del oficialismo y la izquierda en general, salvo el diputado Jaime Naranjo.
Pilares fundamentales
Así, la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Chile destacó que «el alma de Chile tiene pilares que son fundamentales para superar la adversidad: la familia, la fe, la democracia y la solidaridad«.
Junto con hacer hincapié en que «la ignorancia es la causante de gran parte de los males que nos aquejan como sociedad, como la ausencia de diálogo, la violencia, el desprecio por la vida, la cultura de la cancelación, la corrupción y la frivolidad», el arzobispo de Santiago llamó a los candidatos presidenciales, «a Franco, Jeannette, Marco, Johannes, José Antonio, Eduardo, Evelyn y Harold, nuestros candidatos a la presidencia de la República, los llamo a realizar su mejor esfuerzo por fortalecer la enseñanza en Chile, y de modo especial, la educación pública».
Elecciones y Democracia
En el escenario electoral, el cardenal Chomalí sostuvo que «Chile se asemeja a una barca en medio de la tormenta. Algunos reman hacia la izquierda, otros hacia la derecha. Algunos reman por más impuestos, otros por menos; algunos reman por más Estado, otros por menos. Esa es parte de la belleza del diálogo y de la democracia”.
Agregó a continuación que «lo que no podemos hacer es usar los remos para golpearnos, porque así la barca zozobra y nos hundimos todos. Este no es tiempo de divisiones estériles, de polarizaciones, de cálculos mezquinos, sino de unidad en lo esencial: la defensa de la dignidad de cada persona, la búsqueda del bien común, la recuperación de la confianza y de la esperanza. Es tiempo de políticas públicas de largo plazo«.
En ese escenario, hizo hincapié en que «no se trata solo de ganar votos, sino de recuperar la confianza de los chilenos y demostrar que la política es una actividad noble, necesaria y fundamental, cuyo fin último es el bien común, el más alto bien al que podemos aspirar. No están los tiempos para trincheras, para slogans, o para hacer de la política un mero ejercicio de propaganda y marketing«.
«Pidámosle al Señor que nos envíe un buen director de orquesta, que sepa reconocer los inmensos dones y carismas que hay en cada uno de los habitantes de nuestro país. Que reconozca la belleza del jardín que Dios ha plantado y que lo sepa regar abundante y justamente», enfatizó la autoridad religiosa.
Temas valóricos
Luego pasó a referirse a la amplia discusión que existe en torno a temas valóricos como el aborto y la eutanasia, subrayando especialmente su rechazo a su eventual aprobación.
«Chile es un país laico, lo sabemos, pero ello no significa que los creyentes tengamos que guardar silencio cuando vemos amenazados los fundamentos de la democracia y del Estado de Derecho, sobre todo cuando se pretende aprobar leyes claramente injustas como el aborto y la eutanasia, porque atentan contra quienes el Estado debiese cuidar y proteger celosamente, los más débiles», recalcó.
A continuación, manifestó que «seguiremos aportando al debate desde la razón y la fe, desde nuestras universidades y centros de estudios, desde nuestros hogares de ancianos y casas de acogida para mujeres embarazadas. Lo dijimos ayer cuando se violaban los derechos humanos en Chile, lo decimos hoy con la misma convicción: la vida humana siempre es un bien intocable y nadie tiene el derecho a arrebatarla ni a disponer de ella«.







