La incertidumbre persiste: pese a leves mejoras en la inflación percibida, los chilenos mantienen una visión negativa sobre el empleo, el crecimiento y su situación económica personal. El Barómetro de la Economía Chilena del Instituto UNAB de Políticas Públicas advierte que la recuperación de la confianza será más lenta de lo esperado.
La confianza económica de los chilenos permanece atrapada en un terreno de escepticismo. Así lo revela la edición de agosto del Barómetro de la Economía Chilena, elaborado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas (IPP), que muestra un estancamiento en las percepciones ciudadanas respecto a la evolución del país y del bolsillo personal.
El estudio —que se aplica mensualmente a nivel nacional y constituye una de las radiografías más completas sobre expectativas económicas en Chile— muestra que los indicadores siguen en zona de pesimismo, con apenas ligeras mejoras en la percepción de la inflación y en la disposición de consumo, pero con señales claras de que la ciudadanía no ve una recuperación inmediata.
Pesimismo persistente
De acuerdo con los resultados, la mayoría de los encuestados cree que la situación económica del país seguirá siendo negativa en los próximos doce meses. Esta visión se replica en las percepciones sobre el empleo, donde predomina la idea de que será difícil encontrar trabajo y que el mercado laboral no repuntará con fuerza en el corto plazo.
“Lo que estamos viendo es que la confianza sigue atrapada en un piso bajo, sin señales de rebote significativo. Aunque algunos indicadores como la inflación se moderan, las personas no perciben una mejora real en su vida cotidiana, y eso frena el optimismo”, señala Raúl Figueroa, director ejecutivo del Instituto UNAB de Políticas Públicas.
Inflación: alivio que no alcanza
Uno de los pocos puntos de mejora está en la percepción de los precios: la encuesta muestra una disminución en quienes consideran que la inflación seguirá aumentando. Sin embargo, este alivio es relativo.
“El descenso de la inflación ha sido un respiro, pero aún no logra traducirse en una sensación de estabilidad. La ciudadanía sigue enfrentando precios altos en bienes básicos, lo que hace que cualquier mejora se sienta insuficiente”, agrega Figueroa.
Consumo y expectativas familiares
Otro aspecto analizado es la disposición al consumo. El Barómetro muestra que, aunque algunos hogares reconocen una leve mejora en su capacidad de gasto, el mayor porcentaje de encuestados declara estar restringiendo compras importantes y posponiendo decisiones de consumo.
En cuanto a la economía familiar, el escenario es complejo: una mayoría considera que su situación personal es igual o peor que hace un año, y la proyección hacia los próximos meses sigue siendo negativa.
Desconfianza en la recuperación
El Barómetro también revela que existe una baja credibilidad en la posibilidad de que la economía repunte rápidamente. Para los expertos, esto responde no solo a las cifras duras de crecimiento —que muestran un dinamismo débil—, sino también a un clima de incertidumbre política y social que refuerza la cautela.
“El problema no es únicamente económico, sino también de confianza. Mientras las personas no vean mejoras tangibles en empleo, salarios o en la estabilidad de los precios, será difícil que cambien sus expectativas”, sostiene Figueroa.
Una alerta para la agenda pública
El informe del IPP advierte que este estancamiento en la confianza puede convertirse en un obstáculo para la recuperación económica. La falta de optimismo no solo afecta el consumo, sino también la disposición de inversión y el ambiente general de negocios.
“Recuperar la confianza es clave. Y eso implica políticas públicas que logren transmitir certezas, estabilidad y una visión de futuro compartida. El pesimismo ciudadano es un recordatorio de que la recuperación no se mide solo en cifras macroeconómicas, sino en percepciones cotidianas”, concluye el director del IPP.
*El Barómetro de la Economía Chilena es un estudio mensual elaborado por el Instituto UNAB de Políticas Públicas. Evalúa las percepciones ciudadanas en torno a inflación, empleo, consumo y situación económica personal, entregando un termómetro de la confianza económica del país.










