Parlamentarios de la oposición argentina se aprestan a presentar un proyecto de ley que prohibirá la permanencia de tropas extranjeras, la instalación de infraestructura militar y el uso de instalaciones estratégicas nacionales por parte de países que integren alianzas militares con el Reino Unido.
La iniciativa también alcanza a aquellos estados que no reconozcan la soberanía argentina sobre las Islas Falkland, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Según detalla el medio digital trasandino Zona Militar, la propuesta surge en un escenario de renovada tensión en el Atlántico Sur, ante la presencia militar del país europeo en la zona.
Así, la iniciativa parlamentaria apunta a «cerrar la puerta a cualquier despliegue militar extranjero que pueda ser percibido como contradictorio con la reivindicación histórica sobre las islas».
El texto de la iniciativa legal establece que cualquier autorización para el ingreso de tropas extranjeras debe ajustarse al artículo 75, inciso 28 de la Constitución Nacional, que otorga al Congreso la facultad de permitir o rechazar la introducción de fuerzas militares foráneas en el territorio argentino.
La propuesta se enmarca en una renovada ofensiva mediática desde la Casa Rosada para mantener vigente el reclamo trasandino sobre las islas, lo cual fue reiterado por el presidente Javier Milei en la última Asamblea General de la ONU, donde reiteró «nuestro reclamo legítimo e irrenunciable sobre la soberanía de las Islas Malvinas (sic), Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes” junto con insistir al Reino Unido a a reanudar las negociaciones bilaterales conforme a la resolución 2065 de la Asamblea General.
A lo anterior habría que sumar que el debilitamiento de la posición del actual Mandatario argentino en el escenario interno podría gatillar su apoyo a medidas cada vez más duras respecto al Reino Unido y las Falkland, como una válvula de escape a las tensiones con la oposición, como ha sucedido históricamente en los pasados gobiernos que apuestan por la alternativa nacionalista.
Lo anterior, pese a los intentos de acercamiento con Londres para mejorar las relaciones bilaterales que ha intentado poner en marcha Millei.







