Estudios recientes confirman una caída drástica en el recuento y la calidad del esperma a nivel global. Aunque silencioso, este fenómeno plantea desafíos importantes para la salud reproductiva masculina y el futuro de la natalidad.

Durante décadas, la conversación sobre fertilidad ha estado centrada en las mujeres y su “reloj biológico”. Sin embargo, cada vez más investigaciones apuntan a una crisis silenciosa: la fertilidad masculina está disminuyendo de manera alarmante y global, sin haber recibido la atención que merece. 

Especialistas alertan sobre un deterioro acelerado de la calidad seminal, con factores ambientales, hábitos de vida y envejecimiento que afectan directamente la capacidad reproductiva de los hombres.

A diferencia del abordaje social que existe sobre los límites de la fertilidad femenina, los hombres rara vez son advertidos sobre los riesgos que su edad o su estilo de vida pueden representar para su salud reproductiva. Esta falta de visibilidad ha relegado el tema a un segundo plano, incluso cuando los datos científicos muestran que el fenómeno es masivo.

Más de un 50% de disminución en el recuento espermático desde 1970

Un metaanálisis publicado en 2023, liderado por la reconocida epidemióloga Shanna Swan, reveló que el recuento medio de espermatozoides ha caído más del 50% desde los años 70, con una aceleración de esta tendencia a partir del año 2000. Este descenso no es exclusivo de países occidentales, sino que se repite, con variaciones, en múltiples regiones del mundo.

Entre las principales causas identificadas se encuentran los disruptores endocrinos, sustancias químicas presentes en plásticos, pesticidas, productos de higiene y envases. Estas alteran la producción hormonal desde etapas tempranas del desarrollo humano. 

Linda Kahn, investigadora de la Universidad de Nueva York, sostiene que la exposición temprana a estos químicos puede provocar daños permanentes en la salud reproductiva de los hijos varones.

La doctora Swan, en su libro Count Down, advierte que estos contaminantes afectan la fertilidad masculina «desde el comienzo de la vida», al alterar la programación hormonal durante el desarrollo fetal.

El envejecimiento también afecta a los hombres

Aunque el declive reproductivo masculino es menos evidente que el femenino, también existe un «reloj biológico» masculino. Así lo afirma el ginecobstetra y especialista en fertilidad Sergio Pasqualini, quien explicó que “los espermatozoides y la fertilidad del hombre disminuyen y esa disminución va ligada a su genética”.

A esto se suman los factores ambientales y de estilo de vida. El especialista Sergio Papier, miembro de la Asociación Latinoamericana de Medicina Reproductiva, explicó que si bien la edad ideal para ser padre varía, se considera que es antes de los 45 años. Esto, debido a que la calidad del esperma se ve influida por la genética y también por la epigenética, es decir, cómo el entorno modifica la expresión de nuestros genes.

Un estilo de vida saludable como herramienta preventiva

Fumar, beber alcohol en exceso, el consumo de drogas, una dieta desequilibrada y el sedentarismo son elementos que contribuyen al deterioro de la calidad espermática. Tal como señaló el urólogo Michael Eisenberg, “todo lo que es bueno para el corazón es bueno para la fertilidad”.

Este enfoque preventivo se vuelve fundamental frente a una crisis que avanza sin hacer ruido. Así como existen campañas de concienciación sobre fertilidad femenina, es urgente educar a la población masculina sobre los riesgos que enfrentan y las acciones que pueden tomar para preservar su salud reproductiva.

En este escenario, el acceso a tratamientos adecuados y productos farmacológicos especializados resulta esencial para enfrentar el deterioro de la fertilidad masculina. 

Farmaloop, empresa especializada en distribución farmacéutica, cumple un rol estratégico al garantizar la disponibilidad de medicamentos y suplementos indicados en tratamientos de fertilidad en todo Chile. 

Con un enfoque centrado en la eficiencia y el acceso, Farmaloop permite que pacientes, clínicas o centros de fertilidad accedan a terapias clave en tiempos oportunos, colaborando activamente en la mejora de los índices de éxito reproductivo masculino.