- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que a partir del 1 de agosto impondrá un arancel del 50% al cobre por razones de “seguridad nacional”. Chile abastece el 36% del cobre que consume ese país, ya que el preciado metal es crucial para diferentes tecnologías.
El reciente anuncio del presidente Donald Trump sobre la imposición de un arancel del 50 % a las importaciones de cobre ha generado un fuerte remezón en los mercados globales. Según expertos del corredor global de activos, VT Markets, la medida anunciada ha generado alzas del metal rojo en los mercados internacionales alcanzando los US$5,6 la libra, aunque por debajo del máximo histórico de US$5,9 del martes 8 de julio. Todo en medio de una expectativa de escasez de cobre refinado en el mercado estadounidense.
“El nuevo arancel encarece las importaciones y desincentiva la entrada de cobre refinado del exterior. En pocas palabras: suben los precios, pero también se complica el acceso”, señala Eduardo Ramos, Analista de Mercados senior de VT Markets.
¿QUÉ PODRÍA SIGNIFICAR ESTO PARA EL MERCADO CHILENO?
Chile, como mayor productor mundial de cobre, vendió más de 2 millones de toneladas de cobre refinado a Estados Unidos en 2024, lo que representa cerca del 50 % de sus exportaciones a ese país. El escenario plantea oportunidades, pero también riesgos significativos.
“La subida global de precios permite que Chile obtenga más ingresos por tonelada exportada. Si se gestiona bien, esto podría significar un aumento de divisas en el corto plazo”, explica Ramos.
Sin embargo, advierten que la situación no está exenta de amenazas: “A mayor precio, menor competitividad. Existe el riesgo de que Estados Unidos reduzca su volumen de compras, y no podemos olvidar que el país sigue dependiendo fuertemente del mercado sudamericano, especialmente de Chile y Perú”-
Aunque China sigue siendo el principal destino del cobre chileno, cualquier disrupción comercial puede generar efectos en toda la cadena de suministro, ya que los aranceles no distinguen el origen del mineral ni su procesamiento, lo que podría generar una situación ambigua para firmas globales como Apple o Tesla, compañías que importan productos terminados desde China elaborados con cobre chileno.
UN GIRO ESTRATÉGICO NECESARIO
Frente a este nuevo escenario, el llamado es claro: diversificar. En palabras del analista: “Chile debe aprovechar esta coyuntura para redirigir parte de su producción a otros mercados como Europa o Asia, y acelerar proyectos de industrialización del cobre para reducir la dependencia de compradores como EE. UU.”.
El desafío está sobre la mesa. Chile tiene la oportunidad de capitalizar esta coyuntura y convertir una tensión comercial en una estrategia de largo plazo.










