Un 14 de junio, hace 43 años, el general Argentino Benjamín Menéndez firmaba la rendición de las tropas que habían invadido las islas el 2 de abril de 1982.
En solamente 74 días se rendía Argentina, contra una fuerza expedicionaria británica que tuvo que navegar 14.000km para ir a combatir.
¿Cómo fue eso posible?
A mi juicio existen dos consideraciones que permitieron esta rápida operación de combate en un ambiente tan desafiante como lo era operar a más de 14.000km de su casa. La primera es la máxima de toda guerra: “las guerras no se ganan en el campo de batalla, sino manteniendo las líneas logísticas para abastecer las tropas y pode ejecutar las operaciones de combate.
A este punto “tradicional” se suma la «Ley de Falkland», que en psicología se refiere a la práctica de no tomar decisiones cuando no es necesario.
En esencia, implica discernir entre lo urgente y lo que puede esperar, evitando así la ansiedad y el estrés innecesarios asociados con la toma de decisiones apresuradas.
Esta ley, a veces llamada la «ley de la inacción», promueve la paciencia y la reflexión antes de actuar, lo que puede llevar a decisiones más acertadas.
Y basado en esas dos consideraciones, es que el Reino Unido tomó decisiones basados en 3 hechos importantes que sucedieron y que permitieron tomar decisiones que aseguraron la victoria británica:
- Resolución 502 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, del 3 de abril.
- Esta resolución le dio la legalidad y legitimidad al Reino Unido, dado que Argentina fue indicada como “Agresor”, y por lo tanto fue una dura derrota diplomática y jurídica para Argentina.
- Rendición del Capitán Alfredo Astiz en Puerto Leith (isla Georgia del Sur) el 25 de abril, sin disparar ni defenderse.
- Este fue el primer enfrentamiento. Al rendirse sin combatir (como lo establece el informe Rattenbach argentino), le dio pie al Reino Unido a entender que Argentina no tenía voluntad de pelear
- Hundimiento del ARA General Belgrano el 2 de mayo.
- Dada la rendición de Alfredo Astiz, el Reino Unido decide hundir el ARA Belgrano, y con esto se afianza el dominio marítimo y naval, asegurando las líneas logísticas para las operaciones británicas.
Conclusiones
La toma de decisiones del Reino Unido tiene una lógica muy clara y coherente que permitió el éxito en solamente 74 días, venciendo una cantidad de obstáculos y logística muy complicada.
En toda guerra hay bajas, pero además hay batallas que deciden la suerte de la guerra y que se deben pelear a cualquier costo. El no entender lo que está en juego es simplemente un gran error que tiene costos enormes.
Chile, nos guste o no, jugó un rol en la guerra como lo establece el mismo informe Rattenbach, por una mala planificación argentina, y al no haber cerrado los temas pendientes de forma diplomática.
Debemos tener muy claro que esta guerra fue la primera guerra “real” por la proyección antártica, dado que en 1978 Chile pudo evitar la guerra por ese mismo tema.
A 43 años de la guerra de las Falklands/Malvinas tenemos intereses contrapuestos en el reclamo antártico tanto con Argentina como con el Reino Unido, pero eso no nos ha impedido trabajar en conjunto en la Antártica, gracias al espíritu del Tratado Antártico que ha establecido a este continente como una zona de paz, ciencia y cooperación.
Es muy importante que este conflicto se resuelva de una vez y para todas en la corte Internacional de Justicia, para asegurar que la Antártica siga siendo un continente de paz.
