Especialmente los medios hegemónicos, escritos y audiovisuales, hacen “gárgaras”con las encuestas y múltiples “versiones” respecto de las pugnas entre posibles candidatas y candidatos presidenciales; eventuales respaldos; “guiños”; posibles definiciones en el corto plazo; “señales”….en fin, esto da para todo.***
Ciertamente, no es un dato menor, porque apuntan a las correlaciones de fuerzas electorales que se van a producir en los meses que vienen.
Y nadie, nadie, ha dejado de meterse en este clima.
Esto, mientras el Chile real vive una situación que lo obliga a mirar y observar lo que ocurrirá en las futuras elecciones presidenciales y parlamentarias, respecto no de las cuestiones que hoy son parte de leyes y prácticas socio-económicas ya vigentes y en proceso de realización; sino de lo que podría ocurrir en un futuro gobierno y parlamento respecto de las cosas que son parte de la vida cotidiana, y generan pervivencias la mayoría de las veces con fuertes dosis de angustia y situaciones críticas.
Nadie desconoce que Chile vive una crisis respecto de la invasión del narcotráfico y el crimen organizado, a niveles de escala mayor; tampoco en cuestiones como la salud; la vivienda; los salarios y el costo de la vida; las pensiones.
Y hay más.
Y, ahora, con voto obligatorio, ese universo de personas que votarán aumenta significativamente.
En este contexto, es más que evidente que hay un vacío.
No se observan propuestas; plataformas programáticas. Matthei lanzó una, pero si se observa la forma, y lo que se instala en el espacio mediático nacional que su sector controla sin contrapeso, lo que queda está muy lejano a dar centralidad a los que todo indica son los asuntos de real importancia para una ciudadanía, ya bastante lejana al sistema político; a los partidos; al parlamento y a todas las expresiones del Poder Judicial.
Otras y otros candidatas y candidatos han hecho casi el mismo recorrido.
Pareciera que hay incluso cierto temor en la élite política, transversalmente, a meterse de lleno en estos temas.
Y se espera un clima de campaña para abordar los asuntos que sí afectan e importan a la ciudadanía.
Sería interesante hacer un giro en este sentido.
Menos autoreferencia; y más propuestas e ideas.
Menos defensa absurda de pasados recientes o pasados no tan recientes.
No porque no hayan sido reales, e influyan hacia el futuro. Sino porque todos los estudios de subjetividad muestran que la mayoría ciudadana, en Chile, no quiere más “espejos retrovisores”, de cualquier tipo; no quieren más “todo tiempo pasado fue mejor”, con nostalgias que por lo demás generan una automirada de las élites que, ya ha sido rechazada por la ciudadanía y que la ha llevado a las calles de manera multitudinaria e inorgánica.
En varias ocasiones.
***Juan Andrés Lagos es periodista, académico y encargado de las relaciones políticas del Partido Comunista de Chile.