Por: Victor Manuel Arce García, precandidato presidencial independiente
La importancia de elegir un líder político ético y con visión de transformación, basándose en propuestas concretas y no en polarización, destaca como clave para el futuro de Chile, en un contexto donde la seguridad, la delincuencia y la corrupción son temas prioritarios que requieren acciones concretas.
En una sociedad democrática, la elección del líder político es de suma importancia, ya que configura el porvenir de una nación. Es fundamental que los votantes analicen minuciosamente las propuestas, antecedentes y valores de cada candidato para poder emitir un voto fundamentado.
En Chile, la situación política actual plantea preocupaciones.
Entre una amplia gama de precandidatos, solo unos pocos presentan propuestas serias, mientras que el resto persigue el poder y difunde ideologías. La Presidencia demanda un enfoque ético, responsable y con un profundo entendimiento de las necesidades de los chilenos.
Las personas con educación tienen la responsabilidad de subrayar la importancia de votar y orientar hacia aquellos candidatos que prometen menos y ofrecen mayores oportunidades de avance.
Es esencial que nos informemos acerca de las propuestas y trayectorias de los candidatos a la Presidencia para tomar decisiones ponderadas en las elecciones.
Temas prioritarios como la seguridad, la lucha contra la delincuencia y la corrupción requieren acciones concretas.
La selección de un líder no debería guiarse por la polarización política, sino por la capacidad y visión de transformar el país en beneficio de todos los ciudadanos. Elegir a un presidente que encarne valores de inclusión y equidad es una labor colectiva con un impacto directo en el futuro de Chile.
La seguridad es un derecho fundamental que debemos salvaguardar, enfrentando desafíos como la delincuencia organizada y la corrupción. Es crucial respaldar a las fuerzas policiales con salarios justos y el equipo adecuado, rechazando enérgicamente la violencia que perjudica a los sectores más vulnerables de la sociedad.
La elección presidencial va más allá de las divisiones partidistas y busca un cambio hacia una economía y una democracia que beneficien a todos.
Durante la campaña electoral, es esencial comunicar que la meta no es ganar la presidencia solo para derrotar a un candidato polémico, sino para transformar el país en aras del bienestar colectivo.
Mi reflexión sobre el rol de los ciudadanos en una democracia y la importancia de un voto informado constituye un pilar crucial en cualquier proceso electoral.
Quiero enfatizar la necesidad de trascender la polarización y enfocarse en los problemas reales que aquejan a Chile, como la seguridad, la delincuencia organizada y la corrupción.
Mi experiencia como empresario y comunicador, que ha cubierto a tres mandatarios, es lo que me motiva a respaldar mi candidatura como independiente.
La responsabilidad colectiva de elegir a un líder basada en propuestas concretas y no en dinámicas de polarización representa un enfoque renovador en un contexto donde las elecciones suelen reducirse a bandos enfrentados.
Al posicionarme más allá de etiquetas como derecha o izquierda, busco llegar a un electorado cansado de las divisiones ideológicas, lo cual puede resonar especialmente entre aquellos que buscan soluciones prácticas.
Mi enfoque principal en la seguridad como «derecho fundamental» y en el respaldo a las fuerzas policiales con salarios más justos y mejor equipamiento aborda una preocupación apremiante en Chile, donde la percepción de inseguridad ha ido en aumento. Asimismo, rechazo enérgicamente la violencia, especialmente contra los más vulnerables.
Te invito a leer más sobre mi propuesta y los motivos que me lleva a ser Precandidato Presidencial
