Nuuk (Groenlandia), (EFE).- Los deseos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de adquirir Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, no han sido bien recibidos en esta isla ártica: ni la mayoría de sus políticos ni sus habitantes quieren ser parte de ese país, aunque sí piensan en una independencia con base sólida en un plazo indefinido.
85 % rechaza ser parte de EE.UU. y solo el 6 % se muestra a favor
Trump ha reiterado en varias ocasiones en los últimos meses, la última hace cuatro días, su intención de «hacerse» con esta gigantesca isla (el 80 % cubierto permanentemente por el hielo) de algo menos de 57.000 habitantes por cuestiones de seguridad y no ha ahorrado amenazas a Dinamarca si no se la vende.
«Pienso que todo lo de Trump es preocupante, nunca se sabe qué se le puede ocurrir, pero estoy muy contenta porque los políticos groenlandeses digan que no estamos en venta. No queremos ser parte de Estados Unidos», dice a EFE Kim Berthelsen, una estudiante de 19 años de Nuuk.
Kristoffer Hansen, otro estudiante groenlandés de la misma edad, no muestra en cambio preocupación y da poca importancia a las amenazas de Trump, aunque rechaza sus intenciones: «Viví un año en Estados Unidos, no creo que sea una buena idea formar parte de ese país. Tenemos nuestra propia identidad».
Más contundente es Lars Pedersen, un taxista de la capital groenlandesa: «No me interesa Trump ni creo que vaya a poder hacerse con Groenlandia. Lo que tiene que hacer es cerrar el pico».
Sus opiniones están en línea con las de la mayoría de groenlandeses: en un sondeo publicado hace mes y medio por el diario danés Berlingske y el groenlandés Sermitsiaq, el 85 % rechaza ser parte de EE.UU. y solo el 6 % se muestra a favor.
Criticas duras a Trump de los políticos groenlandeses
«Groenlandia es nuestra. No queremos ser estadounidenses, tampoco daneses, somos groenlandeses. Los estadounidenses y su líder deben entenderlo. No estamos en venta y no pueden adquirirnos sin más, porque nuestro futuro lo decidimos nosotros en Groenlandia», dijo esta semana el presidente groenlandés, el socialista Múte B. Egede, en línea con anteriores declaraciones suyas.
Erik Jensen, líder del Siumut, segunda fuerza groenlandesa y que ha formado un gobierno de coalición con el IA de Egede los últimos tres años, fue más duro.