Por: Ingrid Barahona, Chief Data Officer and Innovation, Experian.
La reciente aprobación de la Ley de Protección de Datos Personales representa un avance fundamental en el sistema financiero chileno.
Este nuevo marco normativo permitirá construir historiales de crédito incorporando datos positivos como pagos puntuales y un manejo responsable del crédito. Se trata de un cambio de paradigma que beneficiará a quienes les ha resultado más compleja su incorporación al sistema financiero, debido a la ausencia de antecedentes crediticios, más que por falta de capacidad de pago.
Estos avances son indispensables para la inclusión financiera. Para el caso de las mujeres, quienes en muchos casos han quedado fuera del sistema formal debido a su menor participación en el mundo laboral y, por consiguiente, en la economía remunerada, resulta algo fundamental. Además, en 2024, el Women in Work Index de PwC registró una participación laboral femenina de sólo un 58,1%. Si bien es la cifra más alta desde que se comenzó a medir este índice, sigue siendo inferior en comparación con los hombres.
Con la incorporación de información positiva, las instituciones podrán evaluar el comportamiento crediticio en profundidad, reduciendo la brecha de acceso al crédito. En Chile, esta medida permitirá que más mujeres puedan demostrar su responsabilidad financiera. Este sistema posibilita una evaluación más holística de los perfiles crediticios, lo que abre el acceso al crédito para un segmento más amplio de la población.
La experiencia internacional respalda esta iniciativa. En Brasil, la inclusión de datos positivos ha reducido el riesgo financiero para el 41% de los registrados, permitiendo que accedan a mejores condiciones de crédito, siendo la población de menores ingresos la principal beneficiada, representando el 70% de la población incluida en el mercado de crédito (13 millones).
La protección de datos será un eje central, asegurando que la información financiera tenga como foco la seguridad. Asimismo, la implementación de finanzas abiertas facilitará el acceso a nuevos datos bajo estrictos estándares de privacidad, mientras que la prevención del fraude cobrará mayor relevancia en un entorno digitalizado.
La incorporación de datos positivos en los historiales crediticios, junto con una regulación sólida en protección de datos, representa una oportunidad única para reducir la exclusión financiera de las mujeres y fortalecer su autonomía económica. El reto ahora es su implementación efectiva y la generación de conciencia sobre los beneficios de este cambio. La inclusión financiera no es solo un objetivo deseable, sino una herramienta clave para el desarrollo social y económico del país.