Santiago de Chile (EFE).- Mientras en las calles los chilenos todavía se preguntan quién es el responsable del apagón masivo que el martes 25 de febrero dejó a oscuras y sin conectividad durante más de ocho horas a casi todo Chile, resurge con fuerza el debate sobre la necesidad de repensar un sistema eléctrico que se mostró frágil y expuesto.
La red eléctrica chilena está regulada por el Estado, pero operada principalmente por empresas privadas en la generación, transmisión y distribución de la energía.
“En la transmisión operan al menos cinco grandes empresas, que involucran capitales chilenos, colombianos y españoles. En la generación y distribución también hay la presencia de capitales italianos y chinos”, señaló a EFE el investigador de la Fundación Sol Recaredo Gálvez.
Desde 2017, el sector eléctrico quedó organizado en tres sistemas de interconexión, el más importante de los cuales es el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), que suministra al 98 % de la población y, precisamente, falló el martes. Los otros dos son el sistema de Aysén (SEA) y el Sistema de Magallanes (SEM), que funcionan de manera independiente en las regiones del extremo sur del país por razones geográficas.
Un organismo técnico e independiente, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), se encarga de “coordinar” la operación eléctrica, “pero no es el propietario, sino que distintas empresas son propietarias de distintos componentes”, explica a EFE el profesor de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica Samuel Córdova.
Vulnerabilidades del sistema en Chile y relación con el apagón
Varios apagones similares al de esta semana han ocurrido en Chile en las últimas décadas: en febrero y marzo de 2010, como efecto de un devastador terremoto, y en septiembre de 2011. Hace apenas seis meses, en pleno invierno austral, otro apagón dejó sin electricidad a miles de personas de Santiago durante semanas, lo que llevó al Estado chileno a imponer una multa histórica a la distribuidora Enel, de origen italiano.
“La principal vulnerabilidad del sistema radica en la insuficiente infraestructura de transmisión” tanto para la electricidad como para las renovables, dice a EFE el director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad Diego Portales, Andrés Díaz. Según él, eso provoca “vertimientos energéticos significativos”, que en 2024 alcanzaron “niveles récord”.
Para la investigadora de la Universidad de Concepción Pamela Poo, la mayor debilidad de la matriz de Chile es su “concentración y centralismo” que lleva a problemas como este último apagón.
“Si tuviésemos una generación distribuida, energía ciudadana o energía comunitaria, el modelo tendría más robustez porque no se le cortaría la energía a todo el mundo”, señala a EFE.