Por: Raimundo Garcés Zañartu, director de proyectos de AirWork.
A pocas semanas del inicio del verano, las temperaturas en el país han alcanzado límites sobrepasando los 36 grados. Esto no solamente tiene repercusiones para las personas, sino que también para el medioambiente; prueba de aquello es que hasta la fecha ya se han registrado varios incendios forestales en el país, los cuales, si bien se pueden originar por diferentes causas, incluyendo el comportamiento humano, su propagación es más rápida producto de las altas temperaturas.
Pero este no es un fenómeno nuevo en el país, por el contrario, es una tragedia que se repite todos los años, lo que nos ha permitido tener herramientas para poder prevenir incendios forestales, y evitar especialmente que puedan afectar a la población. Además de crear cortafuegos o monitorear la flora, actualmente también podemos hacer uso de la tecnología, especialmente de los drones.
Si bien existe una disyuntiva sobre el uso de esta herramienta en catástrofes, es importante hacer una distinción entre quienes utilizan drones de manera amateur, entorpeciendo el trabajo de los servicios de urgencia, y quienes trabajan con estos equipos de forma profesional, entregando opciones que sirven para prevenir los incendios forestales, o también ayudar durante los trabajos de reconstrucción posterior a una catástrofe.
A través del uso profesional de drones, técnicas como fotogrametría, visualización y levantamiento 3D, sirven para hacer el levantamiento de información de los terrenos y edificaciones. Esto genera información preliminar para identificar posibles focos de incendios y desarrollar a tiempo planes de prevención, o crear vías de evacuación.
En AirWork, con el levantamiento de información podemos identificar focos de incendios forestales, monitorear su comportamiento, conocer la vegetación en el lugar y las medidas que se deben tomar para que estos eventos no vuelvan a repetirse en los mismos sectores o en otros nuevos. Hemos podido registrar más de 100 mil hectáreas a nivel
nacional, a través de las cuales se puede conocer las áreas afectadas, evaluar los daños
rápidamente y de esta forma poder gestionar eventos futuros de manera más eficiente.
Un ejemplo es el de febrero de 2024, en los incendios en Valparaíso, donde realizamos el levantamiento de los sectores Campamento Naciones Unidas y Campamento El Sauce II, donde se registró el conteo de carpas, ortofoto y curvas de nivel para la reconstrucción.
Los drones en este tipo de tragedias se utilizan hace mucho tiempo, pero no de manera masiva. Es por esto que la Conaf quiere evitar el uso externo a la propia institución, puesto que trabajan con sus operadores, sin embargo, lo que buscamos quienes trabajamos en esta área, es que se regularicen las horas de vuelo y que se conviertan en un aporte real.
Hoy su uso es importante para actualizar planes reguladores, prevenir futuros focos y analizar con anterioridad sectores específicos y el uso posterior al desastre para ver daños, contabilizar hectáreas, carpas y recursos utilizados. Siempre antes y después, ya que en el mismo momento puede ser peligroso e interferir en las labores.