Hay tiempos políticos e institucionales, ciertamente.
Pero también hay tiempos sociales y ciudadanos, que refieren a cuestiones de pervivencia y materialidad que afectan a las mayorías nacionales. Y que, lamentablemente, se arrastran por décadas.
Los tiempos políticos e institucionales se relacionan con las correlaciones que emanan de las elecciones, y cómo funcionan las instituciones del Estado en éstas materias, en donde la delegación de poder es un dato importante a considerar.
La ciudadanía en Chile exige y demanda propuestas y soluciones
Prácticamente todos los estudios de subjetividad y encuestas, señalan que la ciudadanía en Chile exige y demanda propuestas y soluciones a los problemas socio-económicos de pervivencia.
Y, en tal sentido, se pronuncia por que hayan acuerdos.
Un dato no menor, es que la distancia y profunda crítica de la ciudadanía hacia los partidos e instituciones, que se refleja en los estudios y encuestas, dice relación con la no solución propositiva a los problemas socio-económicos que los aquejan, y van pasando de generación a generación.
Este escenario tiene un rasgo: El diagnóstico en la mayoría nacional es transversal. Y cruza las diferentes opciones políticas, y quienes no la tienen.
Los dos recientes plebiscitos constitucionales, en donde por primera vez votaron cerca de seis millones de personas, expone con claridad este asunto.
Quienes votaron rechazo, y luego en contra, expresan casi las mismas demandas socio-económicas, y en la misma intensidad.
Y cuáles son esas demandas, y angustias:
-Vivienda, que considera la existencia de centenares de campamentos que son verdaderas ciudadelas de familias.
-Salud, que llega a momentos críticos por las decenas de miles de personas que esperan por largo y demasiado tiempo atención médica, en no pocos casos de urgencia.
-Pensiones que realmente permitan a las personas que las reciben sostenerse mínimamente.
-Salarios, que tienden a mejorar sustantivamente. Sin embargo, existen brechas de desigualdad muy grandes, y también el alza del costo de la vida que azota a las personas y familias que, en definitiva, no llegan al fin de mes, y se endeudan de manera dramática.
-Vivir sin miedo al crimen organizado y al narcotráfico. En acuerdo mayoritario es que este problema está llegando a situaciones muy críticas. Y no se saca nada en centrar el debate político en que algunos indicadores señalan que han bajado, y otros que suben, o se mantienen.
El problema es crítico, y causas y razones múltiples.
Tal vez sea fácil o complejo de decir. Pero es una realidad contundente.
En este caso, la ciudadanía tiene toda la razón. En consecuencia, las fuerzas políticas y la institucionalidad debería hacer los máximos esfuerzos por enfrentar esta situación, y avanzar en propuestas y soluciones.
En definitiva, esto es, escencialmente, la Democracia.
**Juan Andrés Lagos es periodista, académico y encargado de relaciones políticas del Partido Comunista de Chile.