La familia Allende emitió este lunes un comunicado en el que señaló compartir la decisión del Gobierno de «desistir de la adquisición de la residencia familiar» que perteneciera al expresidente Salvador Allende, tras la enorme polémica surgida en torno a la transacción y que significó esta jornada la renuncia de la ministra de Bienes Nacionales, Marcela Sandoval, y enormes presiones para que la titular de Defensa, Maya Fernández, también salga del gabinete.
Así, en su declaración se señaló que el Gobierno «hizo público su propósito de transformar en casas museos las residencias de los presidentes Salvador Allende y Patricio Aylwin, la familia Allende acogió la decisión con la convicción sobre la relevancia del proyecto”.
Añadiendo que la vivienda ubicada en la comuna de Providencia ha sido parte de la historia familiar desde 1953, y ha albergado «vivencias de la historia republicana que marcaron a Chile y el mundo».
«Por el gran interés que genera, ha sido visitada por jefes de Estado y destacadas personalidades del mundo: artísticas, científicas, filosóficas y políticas, así como también se ha llenado de ciudadanas y ciudadanos chilenos en las ocasiones en que, como familia, hemos adherido a las jornadas del día del patrimonio, abriendo las puertas para que pueda ser visitada por un público muy diverso», manifestaron, explicando sus razones para adherir la venta del inmueble.
De ese modo, en el escrito la familia indicó que la vivienda es centro de sus encuentros importantes, y que si bien existe apego, «adherimos al proyecto del Gobierno y nuestra única motivación ha sido que la casa se transforme en un museo, como ocurre con los sitios republicanos simbólicos en tantas partes del mundo».
En ese sentido, aseveraron que durante el proceso se llevaron a cabo los trámites respectivos, y que «tal como compartimos en su momento la iniciativa, compartimos ahora la decisión de desistirse de la adquisición de la residencia familiar».