Después de una sucesión de noticias antárticas chilenas que reforzaron su proyección y soberanía en el Continente Blanco, Argentina intenta no quedarse atrás.
Este viernes partió a la tierra de los hielos eternos el ministro de Defensa, Luis Petri (el que gusta de vestirse de piloto de combate) acompañado por una nutrida comitiva militar, con el fin de recorrer varias bases trasandinas y, en especial, como avanza el anhelado proyecto de la nueva puerta de entrada a la zona, la Base Petrel.
Intento de competir con Chile
Irónicamente, el Ministerio de Defensa trasandino se encargó de filtrar todo el esfuerzo logístico» que implica el traslado de la comitiva hasta Ushuaia, de ahí a la Antártica y entre las bases, pero haciendo un pobre paralelo con la enorme planificación que implicó llevar al Presidente Gabriel Boric hasta el Polo Sur.
Petri, quien estará enfundado en las tradicionales parkas naranjas que ocupan las autoridades argentinas que visitan el continente austral (con los parches de rigor que usan las FF.AA. para identificar cada expedición).
Tendrá entre sus acompañantes a los jefes del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Xavier Isaac; de la Armada, vicealmirante Carlos Allievi; y de la Fuerza Aérea, brigadier Gustavo Valverde.
No se sabe aún si en el viaje estará la cabeza del Ejército, general de división, Carlos Presti, cuya titularidad en el cargo peligra por estos días, al decir de los trascendidos de prensa del otro lado de la cordillera.
Coordinando el viaje hasta Marambio
La comitiva partió este mediodía desde la Base Aérea Militar Aeroparque en un avión Embraer ERJ 140 de la Fuerza Aérea Argentina, haciendo escala en la base aérea de Comodoro Rivadavia y de ahí a Ushuaia, donde abordarán un Hércules C-130, para terminar la travesía en la Base Marambio.
La etapa final hacia el territorio continental antártico dependerá, como siempre, de la ventana de buen tiempo y visibilidad para poder completar con éxito la misión.
Ya en tierras polares, las autoridades revisarán que se esté cumpliendo el avance de la logística en el sistema de bases argentinas, monitorear relevos de dotaciones y, en particular, inspeccionar la marcha de las obras, módulos de la casa habitación y pista de aterrizaje de la base Petrel.
Así, el «intenso» programa implica un vuelo de la comitiva desde Marambio hasta la base Esperanza a bordo de dos helicópteros Bell 412 de la dotación permanente de la primera de las bases, y equipadas con un sistema de flotación de emergencia para aterrizaje sobre el agua.
Emulando la información chilena, desde el ministerio de Defensa trasandino también se dejó en claro el alto entrenamiento de las tripulaciones para esta tarea en condiciones climáticas extremas donde la baja temperatura y fuertes vientos «que obligan a la toma de decisiones rápidas y precisas», detallándose que pilotos y tripulantes adquirieron habilidades y adiestramiento en operaciones de rescate, evacuaciones de emergencia (CASEVAC), y procedimientos de recuperación de personal aislado durante ejercitaciones previas realizadas en Cavihaue, provincia de Neuquén.
Revisión de trabajos en Base Petrel
Desde la base Esperanza el periplo del ministro y sus acompañantes a bordo de los Bell 412 continuará hasta Petrel, la base antártica conjunta que promete ser el nodo multimodal de distribución de cargas y personal a todo el sistema de bases argentinas y con elasticidad para cooperación internacional y turismo. Buscan algo similar a lo que Chile tiene en el complejo conjunto en torno a la Base Presidente Frei, uno de los mayores de todo el Continente Antártico por capacidad y su calidad de hub de entrada internacional a través de la pista de Teniente Marsh.
En ese contexto, Petri verá como continúan los avances en Petrel, donde siguen en etapa de construcción los módulos de la casa habitación y mejoras en la nueva pista de grava consolidada de 1.600 metros de longitud y además una pista auxiliar de 1.200 metros en preparación.
Un conjunto de elementos metalmecánicos, vigas, cabreadas, y columnas para estas obras, va en estos momentos estibado en la cubierta principal del ARA «Puerto Argentino», el cual navega rumbo a Petrel.
Otro punto a revisar por los visitantes es la cierta demora es la instalación del parque solar fotovoltaico (de donación privada, como sucedió con cierta polémica base de la marina trasandina en Tierra del Fuego) para abastecer de energía limpia el consumo anual de la futura dotación permanente.
Como todo lo que sucede en la Antártica, aunque sea verano, está condicionado a las siempre cambiantes condiciones climáticas, por lo que el tiempo de estadía del ministro en Petrel será reducido.
Finalmente, el retorno desde Marambio está previsto para el sábado, a bordo de un avión SAAB 340 (cuyo reciente aterrizaje en el norte de tierras antárticas fue extensamente publicitado desde Argentina, aun cuando palideció ante el aterrizaje de un P-3C Orion de la Armada chilena en Glaciar Unión, varios centenares de kilómetros al sur) que hará escala en Ushuaia donde trasbordarán al mucho más cómodo Embraer ERJ 140 con destino a Buenos Aires.