En medio de las últimas horas de 2024, el Gobierno avizora con esperanza el avance de la Agenda de Seguridad en el Congreso para el próximo año, como también los temas vinculados a este complejo tema que le ha dado varios dolores de cabeza al Ejecutivo estos últimos 12 meses, aunque también ha logrado algunas victorias significativas.
Así, a la salida de La Moneda esta tarde, el ministro (s) del Interior, Luis Cordero, comentó que «en el fast track legislativo se ha avanzado bastante. Creo que a ratos perdemos la perspectiva de los acuerdos que se han logrado. Tenemos más de 63 leyes aprobadas algunas que era imposible que hubiéramos podido tener resueltas hace algunos años como el propio Ministerio de Seguridad; la Ley Antiterrorista; la forma con la que se está avanzando con la Ley de Inteligencia; la reforma al Código Procesal Penal, que el la más importante que hemos tenido desde su dictación, que está oculta en medio de un nombre que engaña (Ley de Reincidencia) que pareciera tratar solo la reincidencia y que es en realidad una reforma mucho más estructural».
Añadió a continuación que «hemos hecho avances muy significativos en leyes que están aprobadas. Nos quedan unas pocas que son importantes: Inteligencia es importante, Infraestructura Crítica es muy relevante. Pero el grueso de la legislación vincula a seguridad e institucionalidad está aprobada y, lo que nosotros tenemos como desafío para 2025 es cómo imprimir a ese conjunto de leyes gestión pública en materia de seguridad (...) y por lo tanto obtener mejores resultados mirando la seguridad como una cuestión de desempeño técnico más que de controversia política».
Cordero recalcó que para 2025 «la seguridad es uno de los principales desafíos del país. Los temas de seguridad son de las primeras preocupaciones de los chilenos de las últimas dos décadas. Lo clave era detener el alza de cierto tipo de delitos, que es más menos como debiéramos esperar cerrar este año. El año 2025 es un año de instalación del Ministerio de Seguridad, y empezar a mirar a la seguridad como una cuestión de desempeños, de resultados, desde la dimensión técnica, tratando de separarlo de la contingencia política».