Por: Francisco Chahuán, senador
Nuestro país es netamente marítimo, a pesar que muchas veces lo olvidamos, siendo parte de importantes instancias internacionales como un activo actor, propositivo y llevando a cabo importantes medidas en el resguardo de la vida humana en el mar y la protección del medio ambiente marino.
Es de esta manera que “Los Fareros del Fin del Mundo”, como se denominan a nuestros sacrificados especialistas en faro de la Armada de Chile, han guiado a los navegantes con diferentes sistemas integrados en una densa red de Ayudas a la Navegación, ganándose con justa razón un espacio en la Asociación Internacional de Ayudas a la Navegación Marítima y Autoridades de Faros (IALA por sus siglas en inglés), siendo parte activa de la organización, la cual desde 1957 ha robustecido el accionar conjunto de diferentes estados en relación a estas importantes acciones marítimas.
Sin embargo, hoy Chile puede quedar fuera de esta importante instancia internacional, siendo un retroceso en nuestro prestigio internacional y restringiendo el activo rol en donde se han mantenido rutas marítimas seguras, dejando a Chile como un mero observador en la organización, en donde se han implementado importantes medidas que resultan claves en el Territorio Chileno Antártico y en la zona austral.
Esto producto que desde el 27 de enero de 2021 no se ha avanzado en el Proyecto de Acuerdo que aprueba la “Convención relativa a la Organización Internacional de Ayudas a la Navegación Marítima”, siendo reingresada el 11 de diciembre a un escazo mes de terminarse el plazo para mantener el status activo en esta importante instancia internacional.
Es importante recordar que, nuestro país mantiene bajo su soberanía nacional 3 de las 4 rutas marítimas bioceanicas claves para el intercambio mundial, como lo son el Estrecho de Magallanes, el Canal Beagle y el Mar de Drake, los cuales han tenido un importante papel en nuestra historia y su proyección a futuro.
Ahí se han desplegado los “Fareros del Fin del Mundo” de la Armada de Chile, en unidades navales y marítimas, ha implementar importantes ayudas a la navegación, como son sistemas satelitales, visuales y también faros habitados, en donde se escriben historias entre viento, mar y soledad, siendo su trabajo muchas veces desconocido tremendamente sacrificado y que ha puesto a nuestro país por medio de la IALA en la vanguardia de medidas, generación de políticas, aplicación de tecnología y capacitación que han sido un ejemplo a nivel internacional.
Chile esta plenamente integrado en el mundo y el sistema internacional, esto ha sido producto de diferentes esfuerzos tanto diplomáticos, técnicos, políticos y también hechos concretos que han situado a nuestro país en un status de prestigio especialmente en el ámbito marítimo, en donde la Dirección General de Territorio Marítimo y de Marina Mercante Nacional cumple un rol clave, pero en donde el acuerdo del mundo político en este tipo de políticas públicas no puede estar ajeno, considerando especialmente nuestro rol marítimo a nivel mundial.