martes, diciembre 17, 2024

Azerbaiyán apoya la agenda medioambiental mundial presentada en la COP29

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Tras la COP28 celebrada en Dubai el año pasado, Azerbaiyán acogió la 29ª Conferencia de las Partes (COP 29) en Bakú del 11 al 22 de noviembre. La COP29 planteó la cuestión de si los países ricos en recursos debían acoger la cumbre climática de la ONU. Como país anfitrión de la COP29, Azerbaiyán se enfrentó a acusaciones tendenciosas de ser un productor de combustibles fósiles, pero no olvidemos que Canadá, el Reino Unido, etc., que acogieron anteriores COP, son productores de combustibles fósiles aún mayores, escribe Shahmar Hajiyev, asesor principal de AIR Center.

Comprometerse directamente con las naciones productoras de combustibles fósiles es crucial para convertirlas en agentes integrales de la mitigación del cambio climático. Muchos países, entre ellos Armenia, apoyaron la candidatura de Azerbaiyán para acoger la COP29 en Bakú el año pasado, y Azerbaiyán ha invitado oficialmente a Armenia a asistir a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bakú como parte del proceso de normalización entre ambas naciones. La COP29 fue una buena oportunidad para mantener conversaciones sobre el clima, y los países del Cáucaso Sur pueden utilizar esta importante plataforma para debatir diversos retos medioambientales.

Por ejemplo, un enfoque sesgado y falsas suposiciones hacia Azerbaiyán en el artículo de Simon Maghakyan titulado «Azerbaiyán nunca debería haber sido anfitrión de la COP» nos confunden con la realidad. El autor acusa a Azerbaiyán de ser un país rico en petróleo y exportador de combustibles fósiles. Cabe señalar que la cuota de Azerbaiyán en la producción mundial de petróleo es del 0,7%, su cuota en la producción mundial de gas es del 0,9% y su cuota en las emisiones mundiales es del 0,1% de las emisiones de CO2 procedentes de combustibles.

Es importante subrayar que el cambio climático está alterando rápidamente el panorama de la seguridad mundial, y sus implicaciones para la seguridad son muy diversas y plantean multitud de retos complejos. El antiguo conflicto entre Armenia y Azerbaiyán provocó la degradación del medio ambiente en el Cáucaso meridional. Durante la ocupación de la región de Karabaj por las fuerzas armenias, Azerbaiyán tuvo que hacer frente a graves problemas medioambientales, como la contaminación del agua, la degradación del suelo, la deforestación masiva y la contaminación por minas terrestres. Azerbaiyán ya ha lanzado un desafío legal histórico contra Armenia por la supuesta destrucción de su medio ambiente y biodiversidad durante la ocupación de los territorios azerbaiyanos. Es la primera vez que un país solicita un arbitraje interestatal en virtud del Convenio de Berna. Azerbaiyán afirma que, cuando recuperó los territorios, descubrió que se habían dañado hábitats y especies, agotado los recursos naturales y destruido la biodiversidad.

Otra demanda contra Armenia detalla las múltiples violaciones por parte de Armenia de los derechos soberanos de Azerbaiyán sobre sus recursos energéticos en virtud del Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE) y de los principios fundamentales del Derecho internacional. Durante sus casi treinta años de ocupación ilegal del territorio internacionalmente reconocido de Azerbaiyán, Armenia impidió a este país acceder a sus recursos energéticos o desarrollarlos en dicho territorio. En cambio, explotó esos recursos en beneficio de Armenia.

Durante el período posterior al conflicto, Azerbaiyán sigue reconstruyendo los territorios liberados centrándose en la sostenibilidad y las prácticas ecológicas. La transformación de los territorios liberados en una zona de «energía verde» es una visión estratégica del país, ya que estos territorios tienen suficiente potencial de energía renovable para convertirlos en una zona de «emisiones netas cero».

El país aspira a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hasta un 35% para 2030, y un 40% para 2050, en comparación con el año base de 1990. Para ello, las energías renovables apoyan los objetivos de transición energética limpia y climática. El país firmó varios acuerdos importantes con empresas como Masdar, ADNOC, ACWA Power, TEPSCO, Bp, y China Gezhouba Group Overseas Investment destinados a desarrollar fuentes de energía renovables en el país. Por ejemplo, en 2024, Masdar firmó tres acuerdos de inversión para dos proyectos solares y un proyecto eólico terrestre con una capacidad combinada de 1 GW, tras la inauguración del Parque Solar de Garadagh, el mayor de la región. Bp construirá una central solar (SPP) «Shafag» de 240 MW CA en el distrito de Jabrayil.

El objetivo es aumentar la cuota de las energías renovables en la capacidad instalada del sistema energético hasta el 30% en 2030. Sin embargo, dado el ritmo actual de desarrollo de la energía verde, este porcentaje aumentará al 32,6% en 2027 y al 35% en 2030. Hoy es muy evidente que Azerbaiyán apoya la transición verde tanto a nivel nacional como regional. El cable submarino del Mar Negro (BSSC), de 1.155 kilómetros de longitud, que unirá las redes eléctricas de Azerbaiyán, Georgia y, más adelante, Asia Central con Europa, crea una sólida base para el «corredor de la energía verde» en el Cáucaso Meridional, además de apoyar los objetivos climáticos de la UE.

Cabe subrayar que la COP29 fue un evento climático mundial en el que se debatieron importantes retos medioambientales. No se trata sólo de Azerbaiyán, las cuestiones medioambientales son retos y problemas para toda la humanidad, y las cumbres climáticas de la ONU pueden movilizar a la sociedad civil aumentando la educación y la concienciación pública sobre el cambio climático, así como inspirar a otras naciones productoras de combustibles fósiles para promover una cooperación más estrecha.

Al final, es lamentable ver la politización de las cuestiones medioambientales globales. Al criticar a Azerbaiyán, en primer lugar, los llamados activistas deberían entender que Azerbaiyán apoya la agenda medioambiental mundial y que, como muchas otras naciones productoras de combustibles fósiles, necesita diversificación económica. Con este fin, la COP29 fue una plataforma única para acelerar la transición ecológica y atraer inversiones en tecnologías verdes e industrias sostenibles, que serán esenciales para un mayor desarrollo regional sostenible.

Texto traducido y publicado desde: Eureporter

“Las opiniones emitidas por los columnistas e invitados, son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento o la línea editorial de Infogate”.

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