En un reciente artículo del Financial Times, el presidente argentino, Javier Milei, pretende reanudar las relaciones entre Argentina y las islas Falkland, tratando de encapsular el conflicto territorial por la vía diplomática. Para él (y muchos argentinos) el conflicto es muy similar al que tuvo el Reino Unido con las islas Mauricio por el dominio de las Islas Chagos (ubicadas a más de 2.000km de Mauricio).
Ya hubo en otro medio digital, una columna del exSubsectretario de RREE, Fernando Schmidt, quien hizo un análisis del caso desde una óptica “latinoamericanista”, más propia de una novela de “realismo mágico” que desde la realidad.
El caso de las Islas Chagos afecta directamente a Chile, dado que durante el proceso de descolonización de las Islas Mauricio hubo una separación “de facto”, por parte del poder colonial (en este caso el Reino Unido), siendo que no se podía, en el caso de descolonización, pasar a llevar la integridad territorial de las ex Colonias. En este caso siempre las Islas Chagos se administraban desde Mauricio.
En el caso de las Islas Falklands también tenemos que los territorios de las Georgias y Sandwich del Sur, además del Territorio Antártico Británico, se administraban desde las Islas Falkland. Es decir, ambos territorio que se separaron administrativamente en 1983 y la Antártica en 1963, son parte de un proceso de “descolonización” y pertenecen a las Islas Falklands.
Acá está muy claro que Argentina tiene una enorme duda que sus supuestos “derechos” sobre las islas Falklands y por consiguiente la Antártica, tienen un sustento jurídico “real”. Porque acá también entra en juego que el abogado “especialista argentino” en temas Falklands es Marcelo Kohen, quien también fue el autor intelectual de la demanda de Bolivia contra Chile. Ese caso demostró que no existe ninguna “obligación de negociar”, y sienta un verdadero precedente para el caso que interesa a Argentina.
Se viene otra vez la presentación del caso de Falkland en el Comité C-24 de las Naciones Unidas. Y si bien Chile siempre ha votado a favor, varios países ya le han dado la espalda a Argentina, debido a sus posturas anti-regionales que ha tenido. En especial los países árabes no están dispuestos a votar a favor de Argentina.
El año pasado la votación de Chile se produjo una vez que Argentina, rápidamente retiró los paneles solares desde el Hito 1 de Tierra del Fuego, a pesar de que el embajador argentino Jorge Faurie había indicado que se debía esperar hasta el verano.
¿Chile va a seguir con su misma política de apoyo a una causa en la que existe una legítima duda sobre su sustento jurídico? Ya Mauricio mostró el camino que debería seguir Argentina y es solicitar una Opinión Consultiva a la Corte Internacional de Justicia. Si no se sigue ese camino, lamentablemente, se corre el (¡OTRA VEZ!) el peligro de que no se respete el derecho internacional.