El canciller Alberto van Klaveren participó este lunes de la ceremonia de conmemoración de los 40 años del Tratado de Paz y Amistad con Argentina, firmado en 1984, que se realizó en el Vaticano y a la que no asistió su homólogo trasandino, Gerardo Werthein, quien se restó del evento por un posible desencuentro durante el desarrollo del G20.
Ante el Papa Francisco, Van Klaveren dijo que el acuerdo entre Chile y Argentina “ha trascendido en el tiempo como un ejemplo de templanza y de la importancia de la labor diplomática en tiempos de tensión”.
“Al optar por el diálogo, Chile y Argentina se alejaron de un abismo que parecía inevitable, eligiendo en cambio construir un camino de entendimiento y cooperación”, señaló.
El secretario de Estado señaló que en 1978, las relaciones entre ambos países llegaron un punto crítico por una controversia por el Canal Beagle y “esta fue, sin duda, la mayor complejidad de nuestras relaciones bilaterales”.
Respecto a la intervención del Vaticano, el jefe de la diplomacia chilena dijo que “no sólo se trataba de resolver un diferendo territorial, sino de evitar que la amistad histórica entre dos pueblos hermanos quedara irreversiblemente marcada por el conflicto”.
“Es en este contexto que la Santa Sede, encabezada por el Papa Juan Pablo Segundo, tuvo la visión y la determinación necesarias para ofrecer su medicación, abriendo así una vía para la paz. El rol del Papa Juan Pablo Segundo y el cardenal Antonio Samoré en la resolución de este conflicto merece nuestro más profundo reconocimiento”, precisó.
Van Klaveren agregó que “el Tratado de Paz y Amistad no solo resolvió un conflicto, sino que estableció un compromiso solemne de amistad perenne entre Chile y Argentina”.
“Para Chile y Argentina, este Tratado de Paz y Amistad es un pilar fundamental de nuestras relaciones bilaterales, nos ha permitido construir una relación basada en el respeto y la cooperación que se extiende más allá de nuestras fronteras y que ha inspirado una política de vecindada proactiva y constructiva”, afirmó.
