Los trabajadores agrupados en la Asociación Nacional de Funcionarios de la Presidencia de la República (Anfupres) solicitaron este jueves la renuncia de la directora administrativa de La Moneda, Antonia Rozas, a quien responsabilizan de la muerte del gásfiter Hugo Morales, quien realizaba labores en Palacio.
La presidenta de Anfupres, Noemi Belmar, leyó una declaración indicando que lo ocurrido con Morales “nos obliga a pedirle al Presidente Gabriel Boric, con suma urgencia, la remoción inmediata de la directora administrativa, Antonia Rozas”.
“Su responsabilidad en esta crisis es evidente e ineludible. Como la máxima autoridad, es la encargada de velar por la administración, planificación, organización y seguridad de trabajadores. Sin embargo, su incapacidad ha quedado de manifiesto. Ha fallado en cada uno de estos deberes, dejando a nuestros compañeros y compañeras expuestos a la desprotección y el peligro”, apuntaron los funcionarios.
En ese sentido, precisó que “la muerte de nuestro compañero dejó en evidencia la falencia de nuestro servicio, demostrando una gestión que no ha estado a la altura de quienes sostienen día a día el trabajo de esta institución”.
El comunicado también pone de manifiesta que hay una “falta de liderazgo preocupante. Su permanencia amenaza el bienestar y la integridad física de trabajadores. Su remoción es necesaria y un acto de justicia urgente. Pedimos que el Presidente que actúe con decisión, escuchar a quienes hacen posible el funcionamiento de la Presidencia. No podemos tolerar más negligencias e indiferencias”.
“El funcionario que atendió a Hugo, una vez que llegó el servicio de atención, se vio obligado a seguir sus funciones. Esto no solo resulta inhumano, sino que evidencia la falta de sensibilidad y apoyo de quienes debieran garantizar nuestro bienestar”, sostuvo.
Finalmente, Belmar dijo que “esta indiferencia que hoy lamentamos con dolor nos lleva a temer que, sin medidas inmediatas y efectivas, nuestro grito seguirá siendo ignorado. Hemos denunciado incansablemente la urgente necesidad de mejorar las condiciones laborales, pero la indiferencia e inacción de nuestras autoridades han perpetuado un ambiente de precariedad, cuya consecuencia más trágica puede ser la pérdida de la vida de un compañero de trabajo”.