El Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) está llamando a siempre adquirir productos y servicios en el comercio formal, pero la pregunta es ¿qué pasa cuando en tiendas formales se venden productos de imitación? Este ha sido un dolor de cabeza para el servicio y hay casos emblemáticos, como lo fueron Hites o La Polar, pero también los hay en comercios más pequeños.

Luego de recibir decenas de reclamos de las personas consumidoras, Sernac ofició a la tienda online Lamour JM para esclarecer diversas irregularidades detectadas en la venta de productos que simulaban ser de una marca determinada y no lo eran.

El más complejo de los casos y por el que el que concentran más reclamos, es por los termos que supuestamente eran marca «Stanley» y finalmente no lo eran. No es que las personas supieran que estaban comprando un producto de imitación, es que eran lisa y llanamente engañados en la compra, pues creyendo que compraban un artículo Stanley, les llegaba un termo sin marca y con unos sticker con la reconocida marca del oso con corona y alas.

Adicionalmente, el Sernac dio a conocer que se reportaron otros problemas contrarios a la ley, tales como:

Entrega de productos dañados o defectuosos (abollados o con colores incorrectos)

Falta de entrega de las boletas de las compras efectuadas, que afectaría el derecho a la garantía legal

Respuestas inadecuadas a los reclamos, con comentarios despectivos. Asimismo, existirían problemáticas en los términos y condiciones informados en la página web de la tienda.

En un caso, una consumidora reclamó en SERNAC que la tienda Lamour le respondió por Instagram que en caso de algún problema -ironizando- debía saber que «el SERNAC no hace nada», además de incitarla a buscar un «buen abogado» para obtener alguna solución.

Así, la comercializadora Lamour no sólo engañó a consumidoras y consumidores en la venta de productos, sino que además se burló directamente de una de ellas debido a que reclamó en Sernac. Lo paradójico de esto es que con todo, la empresa ahora tiene 10 días hábiles para responderle al servicio -y a la consumidora-, arriesgando de no hacerlo, multas por hasta 300 UTM (cerca de $20 millones).

Mediante este oficio, el organismo busca que la empresa:

Aclare su versión respecto de las acusaciones de venta de productos falsificados

Informe la cantidad de ventas realizadas y el número de consumidores afectados

Las soluciones entregadas, entre otras materias.

Por último, el Servicio hace un llamado a la ciudadanía a comprar en el mercado formal, donde se garantice la autenticidad de los productos y el derecho a ejercer la garantía legal.