Este martes 8 de octubre, el gobierno de Netanyahu de Israel, siguió su ofensiva aérea y terrestre sobre el Líbano y comenzó una fase de invasión al despachar cerca de 20 mil soldados en convoy blindados y que están sembrando el terror en su paso por poblados y ciudadelas libanesas. Mientras la comunidad internacional pareciera voltear la cara y no darse por enterada, la ONU demuestra también que pesa menos que una molécula de aire y las viejas potencias están más preocupadas de sostener a Ucrania -al borde de la derrota rusa- como la ultima frontera para no estar en directo contacto con Rusia. Y mientras esto pasa El Líbano se está convirtiendo en otra Gaza.
The Guardian explica que al lanzar la semana pasada la denominada Operación Flechas del Norte, el ejército israelí dijo que la ofensiva terrestre implicaría “incursiones limitadas, localizadas y específicas” para eliminar la infraestructura de Hezbolá a lo largo de la disputada frontera de facto entre los dos países, conocida como la línea azul.
Sin embargo, el rápido despliegue de cuatro divisiones que operan en el sur del Líbano, junto con las órdenes de evacuación de las aldeas libanesas en la costa a más de 20 millas de la línea azul y el bombardeo intensivo del sur y el este del país y la capital, sugieren que Israel se está preparando para un avance más amplio hacia el norte contra la milicia libanesa.
El Ministerio de Salud libanés dijo que al menos 36 personas habían muerto en ataques israelíes en las últimas 24 horas, y 150 personas habían resultado heridas.
Israel afirma que el objetivo de la operación es permitir que aproximadamente 60.000 personas desplazadas regresen a sus hogares en el norte de Israel después de un año de intensos combates transfronterizos.
