El exfiscal nacional, Jorge Abbott, sacó la voz y abordó los chats entre el imputado abogado Luis Hermosilla y del exfiscal Manuel Guerra en donde aparece mencionado, indicando sentirse molesto porque se demuestra que ambos juristas lo que querían era “sacarme porque les estorbaba”.
En conversación con La Tercera, el otrora jefe de los persecutores indicó que “me dicen que fui un fiscal nacional débil y ahí tienen a la alta cúpula de Carabineros presos por la operación Huracán, el caso Catrillanca, el megafraude de Carabineros, Exalmar. Abrimos también el caso Dominga, imputaciones a los generales de Carabineros por mal uso de gastos reservados, (…) alguna vez tenía que aparecer toda la verdad”.
En cuanto lo expresado en los chats por el tema del senador UDI, Iván Moreira, de que no quería la suspensión del caso, pero que daba lo mismo porque no se necesitaba de su autorización, Abbott sostiene que “quedé perplejo, sentí y siento una decepción profunda. Nunca me imaginé que Guerra no estuviera cumpliendo con los estándares más básicos que deben regir a un fiscal, es francamente horroroso todo eso que estaba oculto y que ahora se conoce”.
“¿Quién se iba a imaginar que Guerra estaba desplegando a escondidas esas conductas reñidas con la ética, corruptas? La verdad es que estoy muy molesto, el daño a la imagen de una institución con cientos de funcionarios y fiscales probos es brutal”, afirmó.
Asimismo, el exjefe de los persecutores también abordó las conversaciones en donde se planteaba sacarlo del Ministerio Público porque estaba afectando el sistema democrático, indicando que “es increíble. Durante años tuve que soportar un clima de sospechas a mi persona, por el solo hecho que antes de ser fiscal nacional, incluso, antes de entrar en la quina de la Corte Suprema, me reuní con senadores y es que era la forma de que ellos podían conocer los puntos de vista míos, si ellos no me conocían”.
“Evidentemente, no lo volvería a hacer, porque con la perspectiva de lo mismo que está viviendo hoy el Poder Judicial, cualquier encuentro o petición de ayuda puede ser mal visto. Sin embargo, en esos chats Guerra y Hermosilla no están molestos conmigo por esas sospechas que había a mi gestión, que le comenté recién, sino todo lo contrario. Es decir, para el imaginario colectivo, incluso esta misma semana lo he vuelto a escuchar, yo era el que venía a “enterrar” los casos de financiamiento irregular”, sostuvo.
“En los chats se ve clarísimo que Guerra y Hermosilla querían sacarme porque les estorbaba para terminar los casos de platas políticas como ellos querían… ¿Y yo era el corrupto?, como han insinuado hasta el cansancio algunos. Yo era una molestia en los planes de ellos dos de buscar una salida espuria a esos casos”, agregó.
En cuanto a la relación que tuvo con Guerra, Abbott explicó que “él era una persona de confianza. Recuerdo que hacia el final de mi mandato las cosas estaban tensas. Pero nunca me imaginé que hacía eso de pedirle a un interviniente, como lo era Luis Hermosilla, una cita con Andrés Chadwick para ‘buscar ellos’ una salida a esos casos. Es horrible”.
“Él debió, como cualquier fiscal, haber actuado con absoluta objetividad, y haber resuelto la causa según sus convicciones. Le repito, aunque fuera impopular o le molestara a algún interviniente, porque el deber del fiscal no es agradar, es representar el bien de la sociedad frente a delitos penales (…) estaba queriendo ser parte de algo, de un mundo que no le pertenecía, de los poderosos”, remató.