La inesperada invasión de territorio ruso por fuerzas militares de Ucrania cumple su tercer día en la región de Kursk, movimiento que ha tomado absolutamente por sorpresa a Moscú.
En uno de los mayores ataques ucranianos contra Rusia de los dos años de guerra, soldados ucranianos atravesaron la frontera rusa en la madrugada del 6 de agosto con tanques y vehículos blindados, cubiertos en el aire por enjambres de drones y artillería, según fuentes rusos, mientras que desde Kviy las informaciones casi han brillado por su ausencia.
Si bien se preveía una zona fronteriza bien defendida, tal y como alardearon en meses anteriores diversas autoridades políticas y militares rusas, lo cierto es que, hasta ahora, las fuerzas ucranianas parecen haber encontrado solo guardias fronterizos y reclutas, mientras que las unidades chechenas huyeron durante los primeros instantes de la invasión.
Hasta ahora, y siguiendo registros de videos y fotografías que circulan en redes sociales, irónicamente en mayoría de fuentes rusas, las fuerzas ucranianas habrían avanzado unos 35 a 40 kilómetros al interior del oblast de Kursk, capturando unos 450 kilómetros cuadrados. Asimismo, se han filtrado imágenes de numerosos soldados rusos rindiéndose, calculándose los prisioneros en cerca de un centenar.
La ofensiva, con el paso de las horas, parece recordar el sorpresivo y exitoso contraataque ucraniano de Kharkiv entre agosto y septiembre de 2022, que libero miles de kilómetros cuadrados de territorio ocupado por el ejército ruso, el cual sufrió unaVoldy estrepitosa derrota.
Sin embargo, aun no existe claridad en los objetivos de Kiev, como tampoco en el tamaño de la fuerza que lleva adelante la incursión, que si se ha confirmado, está usando numeroso equipo militar europeo y estadounidense, pese a las advertencias previas de Washington en torno al uso de su material en territorio ruso.
De hecho, la Casa Blanca dijo que Estados Unidos no tenía conocimiento previo del ataque y que pediría más detalles a Kiev.
Moscú en pánico
En medio de la sorpresa, el presidente Vladimir Putin calificó el ataque de “gran provocación”.
El general ruso de mayor rango, Valeri Gerasimov, jefe del Estado Mayor, comunicó el miércoles a Putin que la ofensiva ucraniana se había detenido en la zona fronteriza y se le habían causado graves daños. Sin embargo, los posteriores avances ucranianos confirmados desmintieron las afirmaciones del mando militar pese a que este sigue reclamando que “continúa la operación de destrucción de las unidades del ejército ucraniano” con ataques aéreos, cohetes y fuego de artillería contra las tropas que entraron en dos distritos fronterizos.
El Ministerio debió reconocer que está enviando reservas al sitio de la incursión para ayudar a “contener los intentos de traspasar” más al interior de Kursk. Dichas reservas inicialmente son soldados que recién están en proceso de entrenamiento en Kursk, zona que se preveía segura. Sin embargo, ya han aparecido registros de la movilización de unidades que estaban comprometidas en combate en la zona de Chasiv Yar en el Donetsk, así como el acelerado traslado de sistemas antiaéreos S-400 desde Crimea.
A lo anterior se ha sumado la evacuación de miles de civiles, muchos ellos por propia iniciativa ante la falta de información y apoyo de las autoridades locales rusas.
La pequeña ciudad fronteriza de Sudzha se ha transformado en el epicentro de los más fuertes combates en la actualidad, localidad que está ahora mayormente bajo control ucraniano, mientras los rusos han lanzado continuos contraataques que han fracasado, temiéndose que dichas fuerzas sean prontamente rodeadas.
“En general, la situación es difícil y sigue empeorando, a pesar de que el ritmo de la ofensiva ucraniana ha disminuido notablemente”, dijeron fuentes rusas, al tiempo que las fuerzas de Kiev han avanzado hacia la retaguardia.
Varios blogueros militares también reportaron que las fuerzas ucranianas avanzan a la localidad de Korenevo, a más de 25 km de la frontera.
Kiev en silencio por ahora
El ejército ucraniano ha guardado silencio sobre la ofensiva de Kursk, pero el consejero presidencial ucraniano, Mikhailo Podolyak, aseguró que la operación es una consecuencia de la “agresión” rusa contra su país.
“La causa primordial de toda escalada, todo bombardeo, toda acción militar (…), incluso dentro del territorio de la Federación Rusa como las regiones de Kursk y Belgorod, es únicamente la agresión rusa”, publicó Podolyak en X.
Sin citar los ataques en Kursk, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, declaró el miércoles que “entre más presión pongamos sobre Rusia (…) más cerca estaremos de alcanzar la paz. Una paz justa mediante una fuerza justa”.
Pero este jueves fue más explícito, al señalar que «todo el mundo puede ver que el ejército ucraniano sabe cómo sorprender. Y sabe cómo lograr resultados”.
“Así lo demuestra el campo de batalla, donde nuestros soldados no sólo resistieron la fuerza abrumadora de los ocupantes, sino que la están destruyendo de la forma necesaria para proteger a Ucrania, nuestro Estado y nuestra independencia”, dijo en un vídeo de la presentación difundido por el servicio de prensa presidencial.