El caso del abogado Luis Hermosilla es la mejor muestra del arribismo enfermizo de miles de chilenos que quieren ser de la élite y hacen toda clase de «esfuerzos» para escalar socialmente aunque sea a punta de acciones al borde de lo permitido y otras derechamente en lo ilegal. Pero como dice el dicho popular «Aunque la mona se vista de seda mona queda».
Muchos se preguntarán por los casos PENTA, SQM donde hubo muchos involucrados y personajillos reales de la élite que no corrieron la misma suerte que el abogado Luis Hermosilla y que hoy siguen detentando puestos y ubicaciones de poder y la respuesta es esa: ser parte real de la élite que de una u otra forma los protege, los cobija y les da amparo como si se tratara de miembros de eso victorianos clubes de caballeros en donde tipos como Hermosilla, Matus (el ministro cuestionado) nunca serán parte y por lo y tanto son y serán siempre vistos como advenedizos.
Quizás Hermosilla y su ‘amigos’ se afirmaron en las Sagradas Escrituras para sentirse parte de esa élite: «ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19). Mala interpretación porque, en el caso de Hermosilla, quien se sentía ser parte de los grupos de poder pensaba que haciendo lo mismo que ellos y demostrando un tren de gastos mayor a los que si tienen recursos seria acogido por ellos, no era casualidad que hacía reuniones en hoteles de lujo y muchas otras excentricidades, pero no le resulto porque para la élite, la verdadera. Hermosilla nunca pasó de ser un ‘empleado’ con aires de grandeza, abogado a quien se le pagaba por sus servicios y nada más.
Este caso ilustra muy bien el momento de la sociedad chilena, repleta de falsos y nuevos ricos, que quieren ser considerados por la élite verdadera, que si bien muchos pueden tener mucho dinero, y viven en fastuosas casas donde viven los nuevos ricos que no saben diferenciar la ‘lata de la plata’ porque les falta cultura, arraigambre, historia y mucha educación, nunca podrán ser de esa élite que no significa que sean millonarios.
Este es sin duda el mayor problema social del país, la falta de educación o mejor dicho la pésima educación que pareciera estar enfocada en promover un modelo de ciudadano exitoso siempre y cuando tenga dinero, el tener por sobre el ser una formula del hiperconsumismo que destruye las sociedades porque socava valores fundamentales.