El gobernante de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó abiertamente como «ridículos» a las autoridades de diversos países que se dirigían a ejercer un rol de observadores en las elecciones presidenciales de mañana domingo en aquel país y a las cuales se les prohibió el ingreso, lo cual pone más dudas respecto al desarrollo del proceso.
Maduro señaló que dichas personas (en su mayoría de derecha) no contaban con la acreditación pertinente por parte del Consejo Nacional Electoral venezolano, sosteniendo que «son unos ridículos porque ellos saben que son personas no gratas. Son gente muy repudiada en sus países, son la extrema derecha fascista».
Aseguró complementariamente que «no estaban invitados por el Poder Electoral, que decide a quién invita y a quién no. Yo no me meto en eso. Yo los veo por redes sociales y me dan risa porque son unos ridículos«.