Por: José Pedro Hernández Historiador y académico de la Facultad de Educación Universidad de Las Américas.
El 7 de junio de 1880 se produjo el asalto y posterior Toma del Morro de Arica, una de las batallas más emblemáticas de la Guerra del Pacífico. Este acontecimiento marcó un punto de inflexión en el conflicto, inclinando la balanza a favor de Chile.
El suceso, aún recordado por la rapidez y eficacia del ejército chileno, plantea una pregunta: ¿cómo lograron la toma en sólo 55 minutos? La respuesta radica en la astucia y valentía de los soldados, quienes superaron las defensas de la fortaleza, considerada casi inexpugnable. El Morro de Arica, con su sistema de cañones, trincheras y campo minado, parecía infranqueable, sin embargo, las tropas chilenas demostraron una determinación inquebrantable.
Para sortear el campo minado, los soldados contaron con la ayuda de un prisionero de guerra peruano, quien les proporcionó los planos de la red eléctrica que activaba las minas. La conquista del puerto de Arica era crucial para el traslado de heridos, suministros y tropas, por lo que el General Baquedano ordenó el bombardeo de la ciudad. Sin embargo, al no obtener el resultado esperado, decidió ir tras el asalto al Morro.
El general chileno Pedro Lagos, ideó dos estrategias clave para la toma. La primera consistió en engañar a las tropas peruanas sobre la ubicación de las fuerzas chilenas, mientras que la segunda, se basó en una táctica de ataque sorpresa, similar a las que había aprendido en los combates contra los mapuches.
Con estas maniobras, los patriotas avanzaron rápidamente y, en menos de una hora, lograron tomar la inexpugnable fortificación. Con la caída del Morro el ejército también conquistó la ciudad y el puerto, asegurando una importante victoria.
Para explicar la rapidez y el éxito de este cometido surgió el rumor de una posible ingesta del brebaje conocido como “chupilca del diablo» (licor de aguardiente con pólvora) antes del ataque. Sin embargo, no existe evidencia histórica que respalde esta afirmación.
De lo que no cabe ninguna duda es que La Toma del Morro de Arica marcó un punto de inflexión en la Guerra del Pacífico y tuvo un impacto significativo en la historia de Chile y Perú.